frontera
El cruce por el Puente Internacional Simón Bolívar se mantiene con movilidad peatonal. Foto cortesía Carlos Eduardo Ramírez/DLA.

Mariana Duque/Diario de los Andes

En la frontera entre Colombia y Venezuela, a ambos lados del Puente Internacional Simón Bolívar, comerciantes, carretilleros y transportistas tienen sentimientos encontrados ante la apertura comercial, pues mientras unos ven muy cerca la posibilidad de reactivar su economía, otros temen que ya no los dejen trabajar.

frontera
Frontera entre Colombia y Venezuela. Foto cortesía Carlos Eduardo Ramírez/DLA.

Marino Quintero es dueño de una empresa de transporte de carga pesada. Es de El Piñal, estado Táchira, y durante 12 años trabajó trasladando neveras Mave desde Manizales, Colombia, hacia varias partes de Venezuela, pero desde el cierre de frontera en agosto de 2015, tuvo que dedicarse al transporte de carga interno, con menos posibilidades de ingreso.

“Yo cargaba 30 mil neveras de la empresa de Mave desde Manizales a Venezuela y repartíamos por todo el país, y ahora trabajamos con lo que sale en el país, que es muy poco”, expresó.

frontera
Foto cortesía Carlos Eduardo Ramírez/DLA.

Sus unidades de transporte las tiene listas para cualquier viaje que salga y está muy emocionado de pensar que nuevamente podrá trabajar en la zona fronteriza.

Pero así como para Marino hay una posibilidad de mejorar su situación, para Pedro, quien prefirió no decir su apellido, la apertura de frontera representa un motivo de preocupación, pues trabaja como carretillero y teme que ahora no lo dejen pasar por el puente.

Es oriundo de Caracas, pero vive en el Norte de Santander desde hace ocho años, haciendo lo que le sale para trabajar, pero sobre todo cargando maletas, mercado y mercancías por el puente Simón Bolívar.

“Es razonable que la abran, pero que nos dejen trabajar, sobre todo a los carrucheros que cargamos maletas, sacos, y a los vendedores para que no se paralicen. Uno sin trabajo aquí pasa trabajo. ¿Cómo paga arriendo y cómo puede sobrevivir? Es bastante difícil”, dijo.

frontera
Foto cortesía Carlos Eduardo Ramírez/DLA.

Gracy también es carretillera. Hace cuatro años migró desde el estado Aragua junto a su esposo y sus dos hijos, y desde entonces se ha dedicado a ser carretillera, vender chucherías, y todo tipo de trabajo informal. Aunque le contenta que la frontera entre Venezuela y Colombia pueda volver a la normalidad, le preocupa que mientras sea sólo comercial los funcionarios de Migración Colombia no la dejen trabajar.

“A veces nos dejan esperando en la mitad del puente hasta dos horas, hasta que ellos quieren dejarnos pasar y trabajar, entonces me preocupa que ahora pueda ser peor y nos impidan hacernos el diario”, dijo.

Diariamente gana entre 30 mil y 50 mil pesos, que le sirven para pagar un alquiler de 200 mil pesos y la comida de cuatro personas.

La mayoría de los ciudadanos entrevistados que cruzan al Norte de Santander para comprar alimentos o productos de primera necesidad, expresaron su satisfacción por esta medida, pues creen que Venezuela puede mejorar desde el punto de vista económico y que pueden existir mejoras de empleo, sin embargo, José Dugarte, habitante de San Cristóbal, manifestó que mientras no exista Intercambio de transporte público y de vehículos particulares, todo será una mentira.




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.