Miguel Angel consolidó su carrera en el Miss Venezuela. (Foto Cortesía)

 

El estilista crea armonía a su alrededor con la correcta aplicación de las tendencias y la moda imperante en cada contexto y de acuerdo con la persona.

Miguel Ángel García Gómez o simplemente “Miguelángel”, como es conocido en el medio, lleva toda una vida dedicado a su arte.

“Me he formado por 35 años y como estilista y maquillador 32 años”, precisa el valenciano, que consolidó su carrera en el Miss Venezuela, el prestigioso concurso de belleza femenina, que se celebra anualmente desde 1952 y que le ha dado al país más triunfos internacionales que cualquier otra nación en el orbe.

“Como la gran mayoría de los venezolanos, crecí viendo el Miss Venezuela sobre todo porque tenía un hermano ‘missólogo’, lo veíamos todos los años”, recuerda Miguelángel.

“El día del concurso la casa se paralizaba y, prácticamente en familia, veíamos el certamen de belleza. Realmente no era algo que me apasionaba, pero lo disfrutaba”.

Una vez que llegó a ser estilista, estar en Miss Venezuela era como escalar hasta la cima de la profesión y Miguelángel soñó con estar allí. Pero antes, tuvo que forjarse el camino de baldosas doradas que le llevaría hasta aquella tierra de Oz.

“La televisión regional (en Valencia, estado Carabobo) me abrió las puertas y comencé a trabajar con algunas agencias de modelaje. A través de esa experiencia conozco a Dahilmar Toledo, que llegó a ser Miss Distrito Capital en el año 2000. Como su estilista en Valencia, ella lucha hasta el cansancio para que yo llegara a ser su estilista en el certamen y es así como entro a las filas de maquilladores de la organización”.
En los siguientes 18 años, Miguelángel forjó una sólida y prestigiosa carrera.

“Durante todo este tiempo aprendí a ver este trabajo como parte de mi vida, conocí personas muy importantes en el medio artístico y con algunas de ellas llegué a crear lazos de amistad”, rememora. “He vivido grandes satisfacciones y he aprendido grandes cosas de esta experiencia, trabajar al lado del señor Osmel Sousa, que es para mí una institución en el mundo de la belleza, y de tantos o tras colegas de renombre, me ha dejado grandes satisfacciones”.

Migueléngel agradece todas esas vivencias y espera seguir ligado a las reinas de belleza“por muchos años más”.

Pero más allá de las rutilantes bambalinas y los deslumbrantes escenarios, lo primordial para el valenciano es que las personas a las que presta sus servicios traten de sentirse bien.

“Somos el reflejo de lo que sentimos, si no nos sentimos bien nosotros mismos, aunque estemos vestido con las mejores marcas y estemos arreglado por el mejor estilista, nunca vamos a reflejar lo que somos. Siempre recomiendo crear lazos de amistad con el estilista, dejar que te conozca para conseguir un look acorde con cada personalidad. Es importante no dejarse llevar solo por la moda sino por lo que realmente te va a quedar bien, por tu estilo y tu forma de ser.

COMPROMETIDO CON LA GENTE
Miguelángel asegura que el trabajo social, la manera de regresar a la gente todo el cariño que recibe, le cambió la vida.

“Mi formación escolar, gracias a Dios, fue en un colegio católico. El Colegio Don Bosco de Valencia, al que debo gran parte de mi formación humana, además de venir de una familia de principios y valores con una vida de piedad activa. Así que cuando me involucró en mí trabajo profesional me doy cuenta de que si no mantengo o cuido mi base espiritual, esto podía cambiar severamente mis valores y principios, por esto siempre he trabajado por nutrir mi espíritu en obras, según mi aprendizaje”.

Miguelángel es miembro activo de una Parroquia de la Iglesia Católica, Parroquia Santa Marta de Naguanagua y allí pertenece a varios grupos de apostolados, en uno de ellos: Santa Teresa de Calcuta,lleva comida todos los lunes a los más necesitados.

“En esa ruta llegué a conocer algunas instituciones y fundaciones en las que noté claramente la necesidad de afecto en niños, niñas y adolescentes, que pasaron por situaciones de calle muy severas y estoy abocado a remediar eso de alguna manera, con atención y afecto”.

“He organizado jornadas de arreglo personal para que con el cambio físico sientan deseos de cambiar positivamente en su ámbito humano. Se me ha metido entre ceja y ceja crear una fundación en la que el objetivo sea ayudar a estos seres humanos, que tienen tanto que dar pero por su necesidad no lo han descubierto. Nosotros desde nuestra profesión podemos ayudarlos a verse mejor y a sentirse mejor. Podría utilizar un eslogan quizás como este: que te sientas tal como te ves”, destaca.

RECONOCIMIENTO EN SU COMUNIDAD
Miguelánguel ha sido distinguido por su aporte a la comunidad en la que creció por las alcaldías de los municipios Naguanagua y Valencia.

“Una vez recibí el título de Ciudadano Meritorio y al siguiente año fui condecorado con el Botón Samán de Naguanagua. Semanas atrás recibí una llamada en la que me informaron que había sido postulado para recibir la orden Ciudad de Valencia, que otorga la Alcaldía de Valencia, por mi trayectoria profesional y mi trabajo social. Más tarde me enteré que fui seleccionado para recibir la Orden Ciudad de Valencia en su Primera Clase. Es una gran satisfacción que organismos tan importantes, me hayan seleccionado para recibir estos galardones. Siempre he creído que no hay nada mejor que ser reconocido en vida y pienso que Dios me ha premiado también con eso”.

Nota de Prensa




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