(Foto Andrés Galindo)

Dayrí Blanco | @DayriBlanco07

Para ella es solo un virus. La ministra de Servicios Penitenciarios, Mirelys Contreras, no luce angustiada por el diagnóstico de paludismo de tres de los 10 estudiantes de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) de Maracay. “Ellos no están graves ni en etapa terminal”, expresó con una actitud despreocupada.

Fue insistente: “Cualquier ciudadano está propenso a adquirir cualquier virus, y en el momento que se le detectó a ellos fueron atendidos, se les suministró medicamento, y así sigue siendo desde que fueron trasladados aquí”, aseguró durante su visita al Internado Judicial Carabobo, la tarde de este jueves.

Los jóvenes están en la sede del Centro de Formación del Hombre Nuevo “El Libertador”, dentro de ese complejo carcelario conocido como penal de Tocuyito, desde las 10:00 p.m. del 14 de septiembre, cuando llegaron desde El Dorado. Ahí, Kevin Rojas, José Saldivia y Alex González fueron diagnosticados con paludismo. Antes del traslado también se le hizo el estudio a  Enyer Matute, quien también presentaba síntomas claros de la enfermedad, pero el resultado no se lo entregaron.

La tarde del martes 19 se le comunicó a los padres de Richard Suárez, otro de los estudiantes recluidos en el sitio, que presentaba la sintomatología de la enfermedad.  A través de una llamada telefónica les pidieron acetaminofén, antialérgicos, ácido fólico, guantes y un mosquitero.

Pero nada de eso le preocupa a Contreras. “No hay riesgo de propagación, ellos están debidamente tratados, aquí estamos trabajando, tenemos al Ministerio de Salud, y si se detecta cualquier virus se ataca de manera inmediata y el que tenga una enfermedad grave o en fase terminal el tribunal deberá pronunciarse en caso de medida cautelar para los procesados o humanitaria para los penados. Pero hasta ahorita no tenemos ningún caso de ese tipo”.

Ministra de Servicios Penitenciarios, Mirelys Contreras (Foto Andrés Galindo)

La ministra también lució relajada al hablar del diputado Gilber Caro. Sonrió al decir que él no hizo huelga de hambre. “Cuando supuestamente inició esa protesta lo mandé a entrevistar y se estaba tomando una sopa de la que damos aquí. Nadie puede hacer huelga de hambre cuando tiene sus tres comidas diarias como lo manda la ley”.

Desmintió también que el legislador se encuentre aislado y esté siendo torturado. “Aquí en el centro de formación no hay calabozos de aislamiento. Él tiene atención médica, alimenticia, está incorporado en todos nuestros planes y proyectos dirigidos a todos nuestros privados de libertad”.

Minutos antes que Contreras llegará a la Mínima del Internado Judicial de Carabobo, donde se realizó el “Plan Cayapa”, algunos reclusos se acercaron de forma tímida a los periodistas. “Somos más de 80 por letra. No hay cama para todos”, dijo uno. Otro explicó que tienen que amarrar sábanas en algunos pasillos en forma de hamaca para poder dormir. Pero eso también fue desmentido. “Yo no tengo hacinamiento aquí.  Tenemos el establecimiento controlado. Con la aplicación de este régimen se están transformando en hombres y mujeres nuevos todos nuestros reclusos. No tenemos hacinamiento”, insistió la ministra, ya menos relajada.




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