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El ministro secretario privado para Políticas Nacionales, Paul Oquist, defendió hoy en una rueda de prensa en Bruselas la importancia del diálogo a nivel nacional y pidió que cese la violencia para que se reconstruya la confianza y la paz ante la crisis que vive el país.


«Tengo la esperanza de que el diálogo llegará, pero eso no será lo más difícil, lo más complicado será restaurar la paz en el país», destacó Oquist, quien añadió que la justicia será un «requisito básico» en todo el proceso.

Oquist se encuentra en Bruselas en el marco de una gira internacional para dar a conocer la situación que vive Nicaragua y defender el diálogo nacional.

El Gobierno nicaragüense se enfrenta a protestas desde hace más de dos meses debido a unas fallidas reformas de la seguridad social, a raíz de las cuales se ha pedido la renuncia del presidente, Daniel Ortega, que lleva once años consecutivos en el poder con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.

El Centro Nicaragüense Pro Derechos Humanos contabilizó en 285 el número de ciudadanos asesinados, 1.500 heridos y 156 desaparecidos del 19 de abril al 25 de junio de este año.

Lograr el cese de la violencia «es urgente» porque cada día que pasa aumentan las cifras de muertos, explicó el ministro nicaragüense, y añadió que «la acción local en este proceso es clave».

Por otro lado, Oquist se mostró preocupado porque «la situación de anarquía» que hay en el país favorece a grupos criminales e incluso a los cárteles de drogas, dijo.

Según el ministro secretario, los colegios, los hospitales y los comercios han sufrido ataques constantes y las consecuencias de la violencia, por lo que los locales tienen miedo «porque en cualquier momento les pueden pegar un tiro».

Toda esta situación ha producido una recesión económica y una bajada en el turismo «muy importante».

«Nos costó una década conseguir convencer a la gente de que Nicaragua no era un país violento; ahora no tenemos turistas», indicó Oquist.

Asimismo, el ministro nicaragüense comentó el importante papel que juega la Iglesia y la «oportunidad para el diálogo» que puede brindar el Vaticano, adonde se envió en junio una carta al papa Francisco para establecer «el diálogo como servicio al bien común y a la paz».

En esta línea, Oquist destacó que «en Nicaragua no necesitamos más violencia, ni revanchismo, lo que necesitamos es paz», y agregó que «este problema solo puede ser solucionado por los propios nicaragüenses».

Nicaragua atraviesa desde hace más de dos meses la crisis más sangrienta desde 1980. 




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