Las religiosas cuentan con un grupo de ambientalistas para parar la construcción. (Cortesía)

Las monjas de la orden religiosa de «Las Adoradoras de la Sangre de Cristo» construteron una capilla en un lugar de su propiedad, por donde está planeado que pase un gasoducto al que se oponen, en una zona rural del estado de Pensilvania (EE.UU.).

Con la ayuda de Lancaster Against Pipelines, el grupo medioambientalista local que porta el nombre del condado por donde debe pasar el oleoducto, que lleva tres años oponiéndose con protestas y acciones legales a su construcción, la monjas erigieron una capilla en ese terreno baldío.

Por el momento se trata apenas de una especia de pérgola bajo la cual hay una mesa a modo de altar y dos filas de bancos de madera en un terreno al aire libre.

En un comunicado, las monjas católicas y el grupo de resistencia invitaron para el próximo domingo a todos los visitantes que deseen acudir al municipio West Hempfield Township para que asistan a una ceremonia con la que consagrarán el pequeño altar de la capilla con la que pretenden impedir la construcción de la tubería gigante.

El Atlantic Sunrise, de la empresa Williams Partners, transportará gas natural a través de casi 300 kilómetros por Pensilvania, conectando las regiones productoras de gas en el nordeste de Estados Unidos a sus clientes en las regiones atlánticas media y sur.

La compañía, que ahora se encuentra con un impedimento más para la construcción de su gran obra, ha acudido a la corte para buscar una orden de emergencia que les permita utilizar la tierra de la orden religiosa.

No obstante, el juez federal de distrito Jeffrey L. Schmehl rechazó este jueves conceder a los constructores del gasoducto el uso inmediato de las tierras de la congregación religiosa.

Las religiosas aseguran que el oleoducto es una violación de su compromiso con el medioambiente, con el que están llamadas a «respetar la interconexión y unidad con la creación» y «reverenciar a la Tierra como un santuario donde toda la vida está protegida».

Además, cuando comience la construcción definitiva de la capilla, que de momento está compuesta por unas banquetas y un pequeño altar exterior, el grupo de protesta realizará una vigilia de oración.

Esta protesta forma parte de un movimiento que pretende parar la construcción de grandes oleoductos por todo EE.UU., como en los casos de los proyectos más polémicos de Keystone XL y Dakota Access.

Aunque los grupos indígenas de esas tierras lograron parar los planes tras meses de enfrentamiento con el Gobierno del expresidente Barack Obama (2009-2017), una de las primeras medidas que el actual mandatario, Donald Trump, tomó al llegar a la Casa Blanca fue autorizar la reanudación de la construcción de Dakota Access.

Sin embargo, esta acción de las monjas podría aprovecharse de la acción ejecutiva que firmó Trump el pasado mayo, para que las organizaciones de fe que están exentas de impuestos puedan expresar su apoyo a candidatos políticos o participar en actividades partidistas.




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