Mey Garabito. (Cortesía)

La protagonista de esta historia es de la ciudad jardín de Venezuela, Maracay, estado Aragua, es docente de Educación Inicial y desde ecuador nos cuenta que de la mano de Dios todo es posible.

Ella luchó por continuar lo que aprendió por años en su país y hoy cerquita de tantos niños y en su propio colegio nos recuerda que los sueños se hacen realidad. #MiVuelo presenta a Mey Garabito.

Emigró el 4 de agosto de 2018 a la ciudad de Manta, Ecuador. Mey como muchos inmigrantes llegó con gran expectativa a ese país que sería su nuevo nido, sabía que para empezar encontraría cualquier empleo y siempre que fuera honrado estaba dispuesta a hacer de todo, desde limpiar en casas, trabajar en una tienda y más.

Mey nunca perdió la fe de poder seguir ejerciendo su profesión en el área de la docencia, por lo que al llegar a Ecuador uno de los primeros trámites que realizó fue en el SENESCYT, ente gubernamental encargado de aprobar y registrar los títulos de Educación Superior, dijo “al estar allí sentí muchos nervios, pues veía como a algunas personas les rechazaban sus documentos, al tocar mi turno me encomendé a Dios y todo fluyó, recibieron y verificaron que estuvieran debidamente apostillados y legalizados, me entregaron un ticket y me dijeron que en 15 días me llegaba la respuesta de la solicitud a mi correo”. Pasaron los 15 días y le llegó el correo con la aprobación y el número de registro de su título y enseguida dijo “Gracias Dios”.

Acto seguido Mey empezó a imprimir su hoja de vida y a entregarla en varios colegios cerca de su residencia. A los dos meses la llamaron, la entrevistaron, le pidieron que diera una clase demostrativa y enseguida la contrataron. “Al siguiente año escolar me asignaron mi grado y un aula de clases. Ese año culminó lleno de aprendizajes y de bonitas amistades, pero llegó la pandemia y con ella la paralización de todo, clases suspendidas, 4 meses de confinamiento”. Empezaron las preocupaciones de Mey y de muchos, pero la palabra clave fue reinventarse y arriesgarse.

Nació su Primera Escuela

Se atrevió con lo que ella ama hacer, dar clases, así nació su escuela para ofrecer apoyo y acompañamiento pedagógico a niños entre 4 y 12 años. “Recuerdo que comencé con 3 niños, actualmente cuento con 20 estudiantes repartidos en dos turnos con un área acondicionada y todo lo que contiene un salón de clases al alcance de los niños”.

Para esta venezolana lo más difícil de emigrar ha sido vivir de lejos el fallecimiento de sus abuelos paternos, dijo “no haber estado allí dándoles el último adiós, eso no se supera, se aprende a vivir con ello”. Lo siento mucho Mey, debe ser muy difícil, sin duda tus abuelos deben estar orgullosos de ti, porque has podido crecer y progresar fuera de tu país.

Mey compartió su mensaje para quienes vayan a emigrar o ya lo hayan hecho, dijo “luchen por sus sueños, dejen huellas positivas donde quiera que vayan y recuerden que de la mano de Dios todo es posible”.

Gracias Mey por permitirme contar tu historia, por compartir tan bella experiencia con nuestra comunidad, eres de esas “Migrantes en Vuelo”, que nada la detiene para seguir haciendo lo que tanto ama.

Hasta la próxima historia, se despide,

Adriana Henriquez @migrantesenvuelo




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