Gilber Alejandro Sosa Arellano (19) murió tras un supuesto enfrentamiento con funcionarios del Cicpc, en la salida del urbanismo socialista Ciudad Tiuna, en La Rinconada, pero su madre, Carmen Arellano, sostiene que lo inculparon injustamente en un homicidio.
Sosa salió a las 9:00 a.m. del martes a reparar la tripa de un caucho de su moto con la que trabajaba en una cooperativa en la entrada de Las Mayas. Los testigos dicen que desde muy temprano observaron a los policías merodeando por el urbanismo. A Sosa lo interceptaron, le dispararon en el pecho y lo llevaron al hospital de Coche.
Carmen Arellano dijo que a su hijo un policía lo estaba acosando y hostigando desde hace tiempo. El 16 de enero lo denunciaron ante el fiscal 81 del Ministerio Público y, al morir Sosa Arellano, su madre volvió a la fiscalía e hizo la notificación ante el mismo fiscal, quien le expresó que investigará el hecho.
Ella tenía tres hijos y le queda uno. También perdió a su hermano Genderson Alonso Arellano, quien laboraba bordando insignias de uniformes militares en la intendencia del Ejército. A Genderson lo hallaron quemado junto con un funcionario de Casa Militar y un empleado de la Alcaldía de Caracas, dentro de un carro Chevrolet Aveo, en Caño Amarillo, el 24 de agosto de 2013.
A su hijo Tony Sosa (19) lo mataron el 1º de septiembre del mismo año y su hermano Gilber heredó la moto, que ahora no aparece.
La mujer no confía en la justicia. Dice que los que cometen los crímenes son los mismos que investigan y se guían por chismes.