Comer 12 uvas es uno de los ritos más conocidos para celebrar el paso de la Nochevieja al año nuevo. Se realiza a las 12 de la noche del 31 de diciembre, al terminar el año, y consiste en ingerir una uva por cada campanada que anuncia el cambio de año.

La metáfora detrás de la tradición es tener un año dulce. Pero el rito se puede convertir en tragedia si tratan de hacerlo niños demasiado pequeños. Eso es lo que ocurrió en España, informó Infobae.

Un menor de tres años, hijo de padres ecuatorianos, murió esta madrugada en Gijón tras atragantarse con una uva. La policía local fue hasta la casa, ubicada en el barrio del Natahoyo, y lo trasladó al hospital de Jove.

Ya no respiraba cuando ingresó en el establecimiento. Si bien los médicos trataron de reanimarlo, no había nada que hacer.

Un reciente informe de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) alertó sobre los peligros de este antiguo ritual en los más pequeños. El trabajo reveló que las uvas pueden deslizarse en la boca del niño sin ser masticadas y taponar las vías aéreas.




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