Un mes aproximadamente tenía recluido en un centro de salud del norte de Valencia el padre Moisés Whacarin Pérez Lugo, con síntomas asociados a la COVID-19, pero este martes en la tarde falleció.
La muerte sorprendió al querido párroco de San Martín de Porres de la Fundación Mendoza, cuando todos pensaban que iba a ser dado de alta, pues presentaba notable mejoría, sin embargo recayó y se fue al cielo.
Moisés Pérez Lugo de 60 años, era oriundo del estado Apure, pero junto a su madre y sus hermanos escogió esta ciudad como su nuevo refugio y la hizo suya. Su familia fijó su residencia en el barrio El Prado, donde el sacerdote era sumamente apreciado por la solidaridad que lo caracterizaba.
Siempre orientaba a los jóvenes por el camino del bien y les invitaba a amar a Jesús.
Las misas de sanación que oficiaba, antes de la pandemia, hacía que la iglesia se llenara, al punto que muchos feligreses la escuchaban de pie y con agrado. Algunas personas calificaban este acto religioso como sublime por la emoción que transmitía el apreciado sacerdote.
El presbítero gozaba del aprecia de su feligresía y de todo aquel que lo conocía, ya que era un gran conversador y no perdía tiempo para predicar la palabra del señor.
El arzobispo de Valencia, monseñor Reinaldo Del Prette en unión con el clero arquidiocesano, informó de la muerte del apreciado sacerdote. Los miembros del clero oraron para que el señor le conceda la vida eterna, la cual creyó y esperó en su ministerio sacerdotal.
Por su parte monseñor Robert Sipols, vicario general, escribió lo siguiente:
Con mucho pesar comunicamos que el padre Moisés Pérez Lugo ha fallecido. Oremos para que Dios fortalezca nuestros corazones, el de nuestro Arzobispo, los familiares y fieles que lloramos su partida.
En las manos de la Virgen del Socorro.