Para el exparlamentario, Rafael Narváez, el Estado venezolano se convirtió en una máquina para fabricar pobres y un depredador de los derechos humanos que solo le importa la conquista de más poder por el poder.
El defensor de los derechos humanos se pronunció sobre el resultado del estudio realizado por ENCOVI donde se refleja la triste realidad que se vive en los hogares venezolanos.
Dijo que es sumamente grave la crucifixión que se encuentra sometido la mayoría de la población por un Estado que no le importa el bienestar social de los más vulnerables.
Apuntó que buena parte de la población solo recibe bonos de hambre que se diluyen por la hiperinflacion sin límites que va dejando en él camino hambre, desnutrición, angustia e impotencia para sobrevivir sin que a nadie le importe.,
Narváez estimó que el derecho a la alimentación, a una vida digna y a la seguridad social, quedaron como un oferta engañosa que usaron como bandera política la recién electa AN que siguen incumpliendo.
Aseguró que solo los poderosos en Venezuela pueden comer tres veces al día.
Igualmente fustigó el despliegue militar y policial que inicio el Estado el día de ayer, con motivo de la reconversión monetaria.
“El ruido estomacal generado por la hambruna no se calma con intimidación al pueblo, el colapso de los servicios básicos, crisis sanitarias y el él crecimiento exponencial de la COVID-19 no se resuelve con la fuerza pública”.
Añadió que los venezolanos están en presencia de un “Jueves negro» feroz con el agravante de un Estado indolente que no muestra rectificación, si no que por el contrario, sigue en su carrera desenfrenada de la lucha por el poder sin importarle el soberano que tanto dice que ama.
con nota de prensa
