No ha sido derribada la casa donde nació el afamado escritor y poeta carabobeño, Vicente Gerbasi, en Canoabo. Solo se tumbó un área que estaba deshabitada desde hace bastante tiempo, y que su situación desmejoró por efectos de las lluvias caídas del pasado 6 de agosto.
En redes sociales algunas personas denunciaron el derribo del inmueble, lamentando que ocurriera. El carabobeño se puso en contacto con el historiador de Canoabo, Francisco Moreno, quien aseguró que esto no ha sucedido. De hecho él ocupa la vivienda junto a otros familiares, ya que la compró hace 35 años.
Moreno indicó que la vivienda está ubicada en el cruce de las calles Coronel y Silva, a cuatro cuadras de la plaza Bolívar de Canoabo, es decir en el casco central de la población.
Aunque no tiene precisión de la fecha en que fue construida, estima que sería hace 150 o 200 años, ya que Vicente Gerbasi nació en 1913, y sus padres, Juan Bautista Gerbasi y Ana María Federico Pifano, se habían establecido allí muchos años antes.
El historiador explicó que, bajo la posesión de los Gerbasi, la casa era una sola y bastante amplia. Pero cuando ellos se mudaron, fue dividida en tres para albergar al mismo número de familias. En todo este tiempo vario grupos familiares han estado viviendo allí, hasta que él compró buena parte del inmueble.
Refirió que el área donde inicialmente funcionaba la cocina y estaba el patio, fue habitada por una familia que no tenía buenos recursos económicos, por lo que el área se fue deteriorando con el tiempo por falta de mantenimiento.
Esta familia ya no vivía allí y la pared que se observaba desde afuera, era solo una fachada pues adentro ni siquiera había piso. Como resultó afectada por las lluvias de inicios de mes, la alcaldía decidió derribarla para evitar riesgo a los transeúntes.
Francisco Moreno señaló que por ser tan antigua, la casa que habita requiere de mantenimiento frecuente. Las paredes son de adobe y el techo de caña amarga y tejas. El y su familia se encargan de hacerle mantenimiento anual y la tiene bien cuidada. Incluso el frente está protegido con piedras, casi a medio metro de altura.
