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Zona Industrial de Valencia (Foto referencial)

Terrible. Así definió el presidente de la Cámara de Industriales de Carabobo (CIEC), Oswaldo Umanes, el panorama actual de la producción manufacturera en la entidad, al asegurar que, aunque se pensaba que el sector iba a dejar de caer al vacío, el entorno hoy en día es mucho más difícil que a principios de año.

Los números son claros. Hace seis años eran 178 fábricas las afiliadas a la CIEC y hoy quedan solo 103 que apenas trabajan a 20 % y 25 % de sus capacidades instaladas.

Son muchas las condiciones adversas. Las fallas de los servicios públicos son de las principales, “un ejemplo de ello es que, en marzo, 18 % de las horas productivas de la zona industrial se vio afectada porque no había energía eléctrica o porque las fluctuaciones eran tan altas que no nos dejaban operar”.

Oswaldo Umanes, presidente de la Cámara de Industriales de Carabobo (Foto: Dayrí Blanco)

Pero la que más ha golpeado al estado industrial del país es la competencia desleal. “La no eliminación del Decreto 4552 que deja sin pago de aranceles a productos terminados importados que están compitiendo con productos que fabricamos en Valencia, nos pone en una situación muy difícil”-

Umanes insistió que no es negativo que el sector comercial se beneficie de la llamada economía de bodegones, pero la manufactura local debe tener participación con sus productos y poder ofrecerlos en el mercado de manera competitiva, sobre todo porque están diseñados para la dinámica local.

“Nosotros pedimos condiciones iguales, nada de subsidio, pero sí igualdad de condiciones”.

El presidente de la Cámara de Industriales de Lara, Joel Segura, dijo que en esa entidad el sector agroindustrial trabaja a 22 % de su capacidad, pero la mayoría importa granos y se dedica es al empaquetado porque le resulta más rentable.

El racionamiento eléctrico en esa región es severo. “Es uno de los aspectos más complicados porque cuando en una fábrica hay interrupciones bruscas de ese servicio no se pueden hacer plan de apagado y eso provoca daños en materiales en máquinas y materias primas, hemos tratado de acercarnos a Corpoelec para buscar soluciones y acuerdos y lograr que los cortes programados sean consensuados con la industria”.

Sin políticas para el crecimiento industrial

El crecimiento industrial en Venezuela por cuatro trimestres consecutivos que se vivió en 2021, comparado con un 2020 muy fácil de superar por las condiciones propias de la pandemia, no es un proceso que se ha sostenido.

“Las expectativas originales era que se podía seguir creciendo en unidades, pero el crecimiento de la industria depende de las políticas que estén orientadas a la producción nacional y las del primer trimestre no favorecieron en nada”, aseguró el presidente de Conindustria, Luigi Pisella.

Para él, la voracidad fiscal que se ha incrementado con el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) afecta mucho más a producción nacional que a productos importados porque va aumentando, “como una bola de nieve” los costos al iniciar con el productor original de la materia prima que es transformada y pasa por una serie de procesos hasta llegar a los anaqueles cuando ya tiene entre 12 % y 18 % de IGTF.

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Luigi Pisella, presidente de Conindustria (Foto: Dayrí Blanco)

Y a eso se agregas que los productos importados “que podemos hacer aquí  están exonerados del IVA y aranceles… Es un cúmulo de factores que desmejora la manufactura nacional”.

Otro problema que afecta la producción industrial en Venezuela, las exportaciones y el turismo es la sobrevaluación de la moneda que significa que la inflación va más rápido que la devaluación, “y los productos nacionales suben de precio a la par de la inflación y los importados se mantienen con paridad cambiaria del dólar que está subsidiada por el Ejecutivo”. Todo esto redunda en que los artículos importados son más económicos, mientras se carece de créditos bancarios.

Pisella detalló que los estados Zulia y Bolívar son los que más padecen crisis industrial actualmente porque dependen de actividades que están paralizadas, y se les suma Táchira y Mérida por las fallas de los servicios públicos.

Por el rescate de los acuerdos tripartitas

La posición de Fedecámaras es tajante. Ellos esperan que en las deliberaciones finales del encuentro con la comisión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) figure que se retomarán los acuerdos tripartitas.

“Queremos que las grandes decisiones se tomen en conjunto entre el gobierno, los trabajadores y empresarios, que el gobierno retome rol armonizador y que no siga incentivando problemas”, expresó el primer vicepresidente de Fedecámaras, Adán Celis.

Insistió en que es un gran logro que, después de muchos años, se recibiera una visita de alto nivel que los mantiene esperanzado en el sentido de que haya un cambio de rumbo en las relaciones entre el Ejecutivo y los sectores económicos.

“Que cese la persecución a dirigentes sindicales y empresariales, que entremos a escenario de respeto para conversar los temas y relaciones económicas en el país y estar en un proceso de diálogo sincero entre las tres partes”.

Adán Celis, primer vicepresidente de Fedecámaras (Foto: Dayrí Blanco)

También abogó por cambios en el marco jurídico, que sea robusto y que proteja la inversión con garantías a inversionistas extranjeros y a los locales para que se desarrollen con reglas de juego claras y respeto de la propiedad privada.

 




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