En este momento particularmente critico que vive el país, la presencia protagónica de esa infinidad de jóvenes estudiantes y trabajadores que, desafiando con valentía los violentos métodos represivos del gobierno, están protestando contra ese intento de  reforma de la Constitución, representa un extraordinario soplo de democracia!

Es una juventud maravillosa, animada por un gran espíritu patriótico y por un profundo sentido de responsabilidad ciudadana, que lucha con entusiasmo y con pasión venezolanista contra esa camisa de fuerza que se le quiere imponer. Es una juventud indómita decidida a no dejarse atropellar, es una juventud honesta que no se deja corromper, una juventud que ese socialismo del siglo XXI no ha podido contaminar, que lucha por la democracia y por sus sacrosantos derechos.

Es una juventud animada por incondicionados valores de justicia y de libertad con una honradez ciudadana que no está a la venta y que, así como se asombra con entusiasmo y con emoción por las cosas buenas, del mismo modo se indigna y reacciona con determinación contra los abusos y se opone con coraje y con rebeldía a las injusticias, pero con una rebeldía que no es sinónimo de desacato o de  irreverencia de las leyes, sino una conquista sufrida de la verdad, del valor de vivir sus propios ideales sin compromisos o transacciones dudosas, con una rebeldía capaz de regenerar ese tejido social tan corrupto y tan rinunciatario que está viviendo esta pobre Venezuela “revolucionaria”.

  Es una juventud que se ha convertido en la voz del pueblo, de un pueblo que ya no tiene paciencia, de una pueblo que ya no cree en falsas promesas, que ya no está dispuesto a resignarse, de un pueblo decidido a luchar en contra de esa degradación socio- política que está viviendo este país, de un pueblo que representa la esperanza de esa Venezuela buena. Es por eso que frente a esa juventud decidida a exigir respeto a la legalidad y a las normas de la Constitución, frente a ese potencial que es la verdadera esencia del “bravo pueblo”, va a ser sumamente dificil cualquier tipo de transgresión, cualquier intento a cometer abusos. Es una juventud que está defendiendo los derechos de todos, que no se asusta frente a los problemas. Quisiera concluir esas breves líneas con un llamado a este gobierno, a sus autoridades, a Venezuela entera. Por favor cuiden a esa juventud, no la decepcionen, no la repriman brutalmente cuando reclama por sus derechos, porque ella es un capital inmenso, el único y verdadero recurso de este país. No sigan defraudándola porque es nuestro futuro y representa un auténtico soplo de democracia. Sobre vuestras conciencias está la enorme resposabilidad de defender, de preservar y de valorizar a ese capital inmenso.

 

Desde  Italia – Paolo Montanari Tigri




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