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Los miembros del Comité Constitucional de Siria, que ejercerá las labores de una asamblea constituyente, han llegado a Ginebra para relanzar negociaciones políticas que llevan dos años interrumpidas y dispuestos a sentarse por primera vez frente a frente y en una misma sala para deliberar.

El momento histórico ocurrirá este miércoles a mediodía (11.00 GMT) en la sede europea de la ONU, que desde 2012 no ha desmayado -pese a varios fracasos- en sus esfuerzos diplomáticos por tender puentes entre las partes que un año antes se habían enzarzado en un conflicto armado.

El enviado especial de la ONU, Geir Pedersen, ha conseguido convencer al Gobierno de Bachar al Asad y a la oposición de que se reconozcan mutuamente como interlocutores válidos para discutir una nueva Constitución para Siria junto, con delegados de la sociedad civil, que también formarán parte del Comité.

EL COMITÉ CONSTITUCIONAL

El cuerpo constituyente que se reúne mañana estará compuesto por 150 miembros: 50 representando al gobierno, 50 a los distintos grupos políticos opositores y 50 a la sociedad civil de un país de marcada diversidad.

La selección de esos miembros requirió cerca de dos años de gestiones diplomáticas que empezaron con el antecesor de Pedersen, Staffan de Mistura, y que ése continúo salvando uno a uno los escollos que cada parte ponía al rechazar a representantes de la parte enemiga.

La composición de la delegación de la sociedad civil fue igualmente una tarea ardua que pudo completarse con el concurso de países con influencia en el gobierno y la oposición, que ponían vetos que se mantuvieron hasta hace muy poco, según ha reconocido Pedersen.

Según las reglas de procedimiento acordadas, del Comité Constitucional saldrá una órgano más pequeño, que será el comité que redactará la Constitución y que estará compuesto por quince miembros de cada una de las tres partes representadas.

CONSTITUCIÓN HECHA POR Y PARA LOS SIRIOS

La ONU, que actuará exclusivamente como «facilitador» del diálogo, intenta evitar que la única oportunidad para sentar las bases de una solución duradera al conflicto en Siria y de un proceso de reconciliación, fracase por imposiciones que terminarían haciendo que la Constitución sea reflejo de intereses exteriores.

«La futura Constitución de Siria pertenece al pueblo sirio y solo a él. Su propósito es cubrir las aspiraciones de los sirios. Serán los sirios, y no los que están fuera, quienes la redacten y deberá recibir aprobación popular», ha enfatizado Pedersen.

En este tablero, la ONU será un acompañante que garantizará la credibilidad, pero sobre todo el equilibro y la inclusividad de este delicado proceso.

INFLUENCIA EXTERIOR

Sin embargo, la realidad choca con la voluntad de que este proceso político se desarrolle ajeno a influencias exteriores y así lo han dejado claro Irán, Rusia y Turquía, que han despachado hoy a sus ministros de Exteriores a Ginebra para reunirse con Pedersen en la víspera de la primera sesión del Comité Constitucional.

Ninguno de esos países -los dos primeros aliados del gobierno y el tercero de la oposición- ha sido invitado por la ONU a asistir a la ceremonia, como tampoco lo ha sido Estados Unidos, cuyo enviado especial para Siria, Joel Rayburn, también ha llegado a Ginebra.

Todos ellos tienen previsto dirigirse al término del día a la prensa para transmitir sus expectativas sobre este nuevo periodo.

REGLAS A DEFINIR

Bajo el entendido de que se trata de un proceso protagonizado y dirigido por los propios sirios, serán los constituyentes los que tendrán que decidir en sus primeras deliberaciones sobre la duración de sus reuniones en Ginebra y el punto de partida de sus discusiones.

Para ello, el primer asunto delicado que deberán resolver es si partirán de cero en la discusión de la nueva Constitución o si se basarán en la actual, que Al Asad ordenó redactar como respuesta al estallido de la guerra civil en 2011 y que fue aprobada por referéndum al año siguiente.

Los grupos de oposición boicotearon la consulta popular de ese entonces y tacharon de farsa esa Constitución, que supuestamente abría por primera vez la vía al multipartidismo en Siria.

El Comité Constituyente no tendrá un plazo para entregar el resultado de su trabajo, ya que -como lo ha resaltado Pedersen- la experiencia ha demostrado que las fechas casi nunca se cumplen en estos casos.




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