Nuevo presidente dominicano no quiere su foto en las oficinas públicas
/ Foto: Cortesía

El nuevo presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, quien asumió el cargo el 16 de agosto, pidió este martes a los funcionarios «abstenerse» de colocar su foto en las oficinas estatales, una vieja práctica en el país.

«Invito a los servidores públicos a abstenerse de colocar la fotografía del presidente en sus despachos. Coloquen a su familia y a sus hijos. Acabemos con el culto a la personalidad de quienes se creen caudillos. No estamos aquí para que nos aplaudan, sino para servir a la gente», escribió Abinader en Twitter.

Abinader acompañó su mensaje con una foto suya en su despacho del Palacio Nacional, y en la que se observa una imagen de la Virgen de La Altagracia, madre espiritual del país, lo que algunos criticaron porque, alegan, también es una forma de promover «cultos».

Una práctica dictatorial

En agosto de 2012, a pocos días de asumir la jefatura del Estado, Danilo Medina también pidió a sus funcionarios que no colocaran fotografías suyas en sus despachos argumentado que «todos saben quién es el presidente».

No obstante, muchas instituciones obviaron esa disposición y colocaron fotos de Medina, cuyo rostro estuvo prácticamente omnipresente en los últimos años en las placas de las obras públicas o en la propaganda de los programas sociales patrocinados por el Gobierno.

La norma de poner la foto del presidente en las dependencias estatales se remonta a la era del dictador Rafael Trujillo (1930-1961), el máximo exponente del culto a la personalidad en el país.

Muchas familias también ponían en casa la foto del dictador y su apellido llegó a reemplazar al de la capital dominicana, llamada Ciudad Trujillo durante más de dos décadas, y también, al de la montaña más alta del país, el pico Duarte.

Usuarios aplauden la iniciativa

La medida anunciada por Abinader recibió de inmediato cientos de comentarios de usuarios aplaudiendo la iniciativa.

«Muy bien! Y cero tarjas (placas) en las obras como si se hubiese construido con dinero del presidente, palabras de excelentísimo y demás trujilladas hay que eliminarlas. Finalmente, dígale a los funcionarios que funcionen porque para eso usted lo nombró, no tienen que mencionarlo siempre», escribió un usuario identificado como Federico Rodríguez.

Otro usuario, Miguel E. Cáceres, escribió: «Siempre he pensado que la herencia del tirano (en alusión a Trujillo) empezaba por ahí, ese culto al presidente, creo que es muy buena decisión que se enfoque en el servicio que es para lo que han sido elegidos».EFE




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