(Foto AFP)

Ocho personas murieron este domingo en República Democrática de Congo y un centenar fueron detenidas en las protestas contra la permanencia del presidente Joseph Kabila, en el poder desde 2001, según aseguraron fuentes de la ONU.

Entre los detenidos hay «82 sacerdotes» en Kinshasa y «41 en el resto del país».

Cortes de internet, despliegue de seguridad, cordones policiales… las autoridades congolesas sacaron la artillería pesada para reprimir las «marchas pacíficas» convocadas por los católicos.

En Kinshasa resultaron heridas al menos 15 personas, según un recuento de un equipo de la AFP que visitó varias parroquias. Además, la policía detuvo a 12 monaguillos a la salida de una parroquia de la capital.

La iglesia católica desempeñó un importante papel en la apertura democrática del país en los últimos años de la dictadura de Mobutu, derrocado en 1997 por Laurent-Désiré Kabila, padre del actual presidente.

Sus fieles representan alrededor del 40% de los 70 millones de congoleños.

Los católicos habían convocado marchas contra Joseph Kabila coincidiendo con el primer aniversario de la firma de un acuerdo que preveía elecciones a finales de 2017 para organizar su salida del poder.

Este acuerdo tenía el objetivo de sacar a la República Democrática de Congo de la crisis provocada por el mantenimiento en el poder del presidente cuyo mandato venció el 20 de diciembre de 2016.

Los manifestantes reclaman también un «calendario electoral consensual» que sustituya al actual, que prevé una serie de elecciones, entre ellas las presidenciales, previstas para el 23 de diciembre de 2018.

La Constitución prohíbe a Kabila, presidente desde 2001, presentarse a la reelección, pero le autoriza a permanecer en el cargo hasta la elección de su sucesor.

– Controles en las parroquias –

En una Kinshasa bajo control, la policía llevó a cabo operaciones en varias parroquias, según testimonios recopilados por la AFP.

Los militares de la «guardia republicana proceden a un control sistemático de los cristianos en la parroquia de San Lucas», declaró a la AFP Giscard, un feligrés que salía de misa.

Una unidad encargada de la protección del presidente de la República Democrática de Congo «pone a la gente en fila india, con las manos en alto, y los cachea antes de salir del recinto de la parroquia», explicó el testigo. «Una vez en la calle, los somete a un segundo control, éste a cargo de la policía», añadió.

«Estábamos rezando cuando los militares y los policías entraron en la iglesia y dispararon gases lacrimógenos», explico a la AFP un cristiano de la parroquia San Miguel, en el barrio de Bandalungwa, en el centro de la capital.

En la catedral Nuestra Señora del Congo, en el barrio de Lingwala, la policía lanzó gases lacrimógenos cuando llegaba al templo el líder de la oposición Felix Tshisekedi, constató la AFP. Luego los militares entraron y pidieron a la gente que evacuara el lugar.

Por su parte, Kinshasa afirmó que se le había informado de una «distribución de armas» destinada a desestabilizar el régimen y «crear una situación de insurrección».

Ante la iglesia de San Miguel, en el barrio popular de Bandalungwa, un militar congoleño amenazó a un equipo de la AFP.

«Si no salen del lugar, ordeno que les disparen», dijo el agente, quien aseguró pertenecer al ejército. «Sean o no de la prensa, nadie entrará. Además está con un blanco, una raza que nos genera problemas. Si se resisten vamos a disparar», añadió.




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