Los inspectores sí pudieron observar la gran destrucción que causaron las bombas en el complejo. Foto archivo: Cortesía El Nuevo Diario
Los inspectores sí pudieron observar la gran destrucción que causaron las bombas en el complejo. Foto archivo: Cortesía El Nuevo Diario

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) considera que, a pesar de los graves bombardeos sufridos por la central ucraniana de Zaporiyia, no existen «preocupaciones inmediatas de seguridad».

«El estado de las seis unidades del reactor es estable y se confirmó la integridad del combustible usado, del combustible fresco y los residuos radiactivos de baja, media y alta actividad en sus respectivos almacenes», indicó este lunes un comunicado de la agencia nuclear de la ONU.

Los cuatro expertos internacionales que se encuentran en la central más grande de Europa -bajo ocupación rusa- fueron informados por la dirección y después realizaron una inspección para ver de primera mano los daños ocasionados por los bombardeos del sábado y del domingo.

Los inspectores sí pudieron observar la gran destrucción que causaron las bombas en el complejo.

Riesgos de seguridad en Zaporiyia

«Esto es un gran motivo de preocupación, ya que demuestra claramente la gran intensidad de los ataques a una de las mayores centrales nucleares del mundo», dijo el director general del OIEA, Rafael Grossi, que recordó la necesidad de crear una zona de seguridad alrededor del complejo.

El equipo del OIEA señaló que no se han producido más ataques contra la planta durante la noche ni en lo que va de día, aunque sí hubo bombardeos en la zona de la cercana ciudad de Enerhodar y en la zona industrial.

El OIEA considera que los bombardeos de los últimos días fueron los más fuertes en meses, sin atribuir la responsabilidad a ningún bando.

Los expertos de la ONU constataron daños en tanques de almacenamiento, que causaron «fugas no radiactivas», varios impactos en la carretera principal que bordea los reactores de la central, así como en una vía férrea, una tubería de aire presurizado y dos impactos en el tejado de un edificio auxiliar, entre otros desperfectos.

Grossi lleva desde hace meses apelando de forma infructuosa a Moscú y Kiev para establecer cuanto antes una zona de seguridad nuclear alrededor de la central.

La central de Zaporiyia está actualmente bajo control de tropas rusas, pero sus inmediaciones han sufrido ataques desde el comienzo de la invasión rusa, el pasado 24 de febrero, de los que se acusan mutuamente ucranianos y rusos.




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