Aunque favorece la presencialidad en las aulas, el presidente de la Ong Primero Rafael Urdaneta, William Martínez, sostiene que antes que comiencen las clases toda la población estudiantil mayor de 12 años, tiene que estar vacunada contra la COVID-19.
Maartínez sostiene que cuando el nuevo año escolar comience, anunciado para el próximo 16 de septiembre, muchos estudiantes todavía no serán elegibles para recibir las vacunas contra la COVID-19. Esto los pone en alto riesgo ya que el SARS-CoV-2, continúa propagándose con variantes que son más contagiosas y pueden causar enfermedades más graves.
Citó que la gran mayoría de los niños, incluso aquellos con afecciones médicas, deben usar máscaras faciales de manera segura y efectiva con la práctica, el apoyo y el ejemplo de los adultos.
Los estudiantes deben permanecer al menos a un metro de distancia dentro de las aulas cuando sea posible. En general, OMS recomiendan que las personas que no estén completamente vacunadas mantengan una distancia física de al menos dos metros de otras personas que no sean de su entorno u hogar.
Martinez considera necesario que las escuelas usen espacios al aire libre para la instrucción y las comidas para ayudar con el distanciamiento.
Estima que los horarios en bloque con menos clases en un día determinado y asignaturas optativas en períodos de tiempo más cortos, pueden ayudar a limitar el cruce de estudiantes y maestros.
En los planteles se debe permitir que los estudiantes coman almuerzos en sus escritorios o en grupos pequeños al aire libre, en lugar de en comedores abarrotados. Debido a la necesidad de quitarse las mascarillas mientras se come, es mejor mantener a los estudiantes no vacunados a una distancia de dos metros durante el almuerzo.
Las escuelas deben seguir las pautas de los OMS sobre la correcta desinfección e higienización de las aulas y las áreas comunes. Se debe alentar a los estudiantes y al personal a lavarse las manos con agua y jabón o usar desinfectante para manos regularmente.
