Llama la atención las pugnas entre algunos, son menos de lo que aparentan, simpatizantes de la oposición,pero rotundos adversarios del régimen de Nicolás Maduro, se dé una especie de política entre alacranes devorándose entre si, cuando existen razones para mirar el futuro con optimismo razonable.
Luchar contra un régimen que ha demostrado que su accionar es maniqueo: el bien o el mal, no es cuestión sencilla. Es decir, en un terreno donde no hay contrincantes sino enemigos, donde se castigan con crueldad las divergencias. Los espacios democráticos fueron borrados arbitrariamente utilizando la represión con tal de mantener el poder sin importarles las consecuencias ni el bienestar del pueblo. Para ellos lo trascendental es mantener “el maná” de las riquezas públicas a su entera disposición. Por lo tanto, es una ociosidad gastar energías y ocupar el tiempo en flagelarnos, en auto destruirnos, peor aún, desaprovechando la oportunidad de sacarlos de raíz de Miraflores.
Este es un llamado, tanto a los partidos políticos como a la sociedad civil, a la cordura, a la racionalidad. Cada quien debe respetar el espacio del otro para avanzar armónicamente y conformar una fuerza bajo el incremento de la acción y actuar conjuntamente en la realización de un fin común. Lo que parecía un imposible, el actual régimen arrasó un país con riquezas milagrosas, venezolanos hoy se alimentan de los desperdicios, del rebusque en los basureros…
Vista así las cosas, el Frente Amplio como lo anotara este lunes pasado el sociólogo Ángel Oropeza, debe partir de tres premisas las cuales deben ser insistentemente repetidas: “El objetivo superior no es otro que salir del gobierno de Maduro como única forma posible de comenzar a resolver la profunda crisis plural que vivimos los venezolanos. Dos, el objetivo inmediato es luchar por el restablecimiento del orden constitucional quebrantado, y por rescatar la soberanía del pueblo como conductor de su destino. Y tres, para logar ambos objetivos, la vía eficaz y más segura es batallar hasta conseguir la realización de elecciones libres y de verdad”.
De manera, que estamos de cara a una de las mejores oportunidades para salir del régimen. Por lo tanto, debemos empujar la carreta con mucha determinación y seguridad. Afincarse con coraje sobre la convicción de que el régimen de Maduro lucha desesperadamente con un resto de fuerza que le queda para sostenerse de pie. Por cierto, en los últimos días comienzan a ventilarse las diferencias internas de frente a la opinión pública, asunto insólito en regímenes autoritarios. Figuras notables que han ocupados posiciones de primera fila desde los tiempos de Hugo Chávez, José Vicente Rangel, por ejemplo, en su programa de TV el 10 de junio se refirió a graves denuncias de ejecuciones extrajudiciales en los barrios de Caracas por funcionarios del FAES y la Policía Nacional. Roy Daza, igualmente prominente dirigente del PSUV, planteó que Venezuela requiere un cambio del modelo económico, y reconoce por el medio de la calle, la severa crisis que atraviesa la nación…
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