El maestro Leonardo Lozano le pide al gobernador que repare la falla de borde en Altamira. Foto Carolina González

Más que una protesta, es una forma de llamar la atención sobre problemas de la comunidad que ameritan soluciones. Así lo entendió el maestro Leonardo Lozano cuando, armado de su cuatro, su guitarra, y de sus ganas de alzar la voz, ofreció un concierto justo en la falla de borde que amenaza con dejarlo incomunicado a él, a su familia y a los residentes de unas 30 casas de Altamira, en la parte alta de la urbanización La Entrada.

Lozano es un destacado músico venezolano, concertista de cuatro, guitarra, compositor, docente y arreglista. El creador de Un Cuatro Peregrino, de Passacaglia para cuatro y orquesta y quien tiene en su haber importantes logros como la adaptación de música renacentista para cuatro, ha presentado su talento en Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Estados Unidos, Austria, Italia, Alemania,  Inglaterra, República Checa y Suiza.

Por supuesto en Venezuela ha tenido destacada figuración en distintos e importantes escenarios. Pero el último debió ofrecerlo en la falla de borde que desde hace más de dos meses amenaza a los vecinos de la urbanización Altamira.

Allí los convocó Lozano. Con su magistral interpretación ofreció temas como El Cóndor pasa, El día que me quieras, Arrorró Yekuana con estrellas y chinchorro, Mambrú se fue a la guerra, El Gabán, Pajarillo. En la guitarra Guitarra interpretó “Natalia” y “Seis por derecho” ambas de Antonio Lauro.

Atentos, los vecinos pudieron olvidar por momentos la preocupación que les embarga ante la posibilidad de quedar incomunicados.

Para Lozano la música sirve de alivio a las tensiones, es un lazo entre los vecinos, que hoy estamos reunidos  aquí para llamar la atención de las autoridades. «Todos estamos bajo una problemática que difícilmente podemos encarar personalmente, porque las condiciones económicas no son favorables y los materiales están fuera de nuestro alcance».

Lozano recordó que la gobernación ha actuado en torno a este caso. «Han mandado a ingenieros, a topógrafos, pero finalmente el trabajo que esos especialistas se han tomado termina siendo inútil sino se hace al final la reparación, que es lo que realmente necesitamos».

Hoy la petición es la misma de hace algunos meses. La falla de borde en la carretera de la urbanización Altamira, que cedió producto de las fuertes lluvias caídas en agosto, crece cada día más. Ya están visibles las tuberías de aguas blancas y negras que van por debajo de la carretera y que, producto del socavamiento del asfalto, también se han agrietado.

Al terminar el concierto los vecinos reunidos coincidieron en pedir, una vez más, a la gobernación de Carabobo que atienda su llamado y que le den curso a las reparaciones que ingenieros y topógrafos, del ente gubernamental conocen.

Francisco Ramón Cisneros es ingeniero civil y sabe que la vía está a punto de colapsar. Según él, todos los estudios demuestran que en cualquier momento puede ceder. «Estamos pidiendo ayuda a todos los organismos, para evitar que quedemos incomunicados».

«Vivimos en la angustia de pensar que en cualquier momento no podamos salir de nuestros hogares porque la carretera se terminó de caer», lamentaban los vecinos reunidos en torno a Lozano, cuya magistral interpretación suavizó por momentos la angustia ante la realidad.




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