La OTAN cumplió este viernes 70 años de investigación científica y tecnológica en el ámbito de la defensa y la seguridad, una tarea que en sus inicios se limitaba al sector aeroespacial y que con el tiempo se ha ido extendiendo a otras áreas, como la tecnología de vehículos y de sistemas de información, el modelado y la simulación o los sensores y la electrónica, indicó la organización en un comunicado.
Con motivo del aniversario John-Mikal Størdal, director de la Oficina de Apoyo a la Colaboración de la OTAN en París, explicó en un comunicado que las actividades científicas y tecnológicas de la Alianza no son «el fin en sí mismas, sino un medio para fortalecer la capacidad de disuasión y defensa de la OTAN».
“Nuestra clave para el éxito es fomentar una comunidad de conocimiento que se destaque en ciencia y tecnología y que esté anclada en las necesidades y requisitos estratégicos y operativos de nuestras fuerzas armadas” declaró Størdal.
OTAN celebra 70 años de investigación
Durante décadas, la Alianza ha ido desarrollando la red de colaboración internacional más grande del mundo para la ciencia y la tecnología en defensa y seguridad, según la organización, que asegura que su departamento de ciencia y tecnología tiene alrededor 5.000 investigadores de 40 países aliados y socios que trabajan en más de 300 proyectos.
Operadores militares, laboratorios gubernamentales, la industria y el mundo académico llevan trabajando juntos al servicio de la organización para proporcionar un foro «donde probar ideas y explotar la creatividad colectiva».
Más recientemente, la investigación ha estado a la vanguardia del trabajo de la OTAN sobre tecnologías emergentes y disruptivas y ha contribuido a preparar la política de defensa química, biológica, radiológica y nuclear de la OTAN, según el mismo comunicado.
Con vistas al futuro, la organización identifica el cambio climático y la seguridad energética como áreas de interés para la investigación científica de la OTAN.
La colaboración científica entre los países aliados se institucionalizó por primera vez en 1952 a iniciativa del científico Theodore von Kármán, un ingeniero y físico de origen húngaro.
