Inspector jefe Héctor Rovaín. Foto archivo

Un valle de sufrimiento ha sido la vida de la familia Rovaín, desde que el inspector jefe Héctor Rovaín, confiado en la justicia, decidió entregarse en abril de 2003 para demostrar su inocencia por los sucesos de Abril de 2002. Fue durante el sepelio de su esposa, que Maximiliano Toro pudo tocar a su hijo por última vez. Ya de eso hace casi 4 años.

Catorce años después, Toro resiente la larga separación de un hombre a quien define como un preso político, inocente de todas las acusaciones que le hicieron, a quien le arruinaron su vida, su matrimonio, su relación con su hijo que ya hoy cuenta 18 años.

Toro describe los tres años que duró el juicio más largo de la historia: Se evacuaron todas las pruebas que demostraban su inocencia. Los testimonios, tanto de los testigos, como de los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas lo libraban de responsabilidad. Eso quedó plasmado en el expediente y fue ratificado por el comisario Domingo Chávez, quien atestiguó que no hubo resultados concluyentes que incriminaran al inspector jefe. “El dijo que el arma que portaba Héctor Rovaín no era del calibre encontrado en los dos cadáveres ni en los cuerpos de los heridos por los cuales fue imputado y luego sentenciado a la pena máxima de 30 años”.

Esto es una barbaridad, lamenta Toro. Es un valle de sufrimiento para todos nosotros. Su madre, mi esposa, falleció el 7 de junio de 2013 sin poder ver la libertad de su hijo. Mi nieto, su único hijo, tenía apenas siete años cuando se produjo la sentencia. “El sueño de todo padre Héctor no pudo cumplirlo: llevar a su hijo, de la mano, al preescolar, a la primaria, no pudo asistir a su graduación para verlo con toga y birrete”.

¡Qué maldad tan grande¡, Sabiendo que nuestro Señor Jesús Cristo dio su vida por todos nosotros, el gobierno le viola a diario sus derechos. El defensor del Pueblo, Tareck William Saab, debe pronunciarse, el es el responsable de velar por los derechos humanos y en el caso de mi hijo y sus compañeros Arube Pérez, Erasmo Bolívar, Marcos Hurtado y Luis Enrique Molina, ha habido  todo tipo de violaciones legales: Denegación de Justicia; no aplicación de la ley para el beneficio de redención de la pena por el estudio y trabajo; no les han otorgado fórmulas alternativas al cumplimento de la pena y le violan su derecho a la salud. ¡Hasta cuándo!

Maximiliano Toro insta a Tarek William Saab a que contrarreste la situación irregular que vive su hijo. “Deseo la libertad de Héctor, ya que no lo he tocado más desde la muerte de su mamá, cuando lo bajaron al entierro. Por mi enfermedad no he podido visitarlo, ya que padezco ceguera y problemas de próstata. Es por esto que pido que cese tanta maldad. Confío primeramente en Dios Todo Poderoso, sé que se hará justicia”.




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