Revisión de las leyes que regulan las telecomunicaciones y el asedio a los medios fueron algunas constantes (Foto IPYS)

 

La libertad de expresión fue una de las grandes preocupaciones que mostraron los países durante la sesión del Examen Periódico Universal de DDHH que presentó Venezuela en la ONU, en Ginebra este martes.

Mientras embajadores como Cuba, hicieron sugerencias muy generales como «continuar desarrollando acciones para proteger los derechos humanos de toda la población frente a la agresión económica que se desarrolla contra el país», otros presentaron recomendaciones concretas que de ser aplicadas redundaría en mayores garantías para la libertad de las comunicaciones en Venezuela. Cada estado contaba con apenas un minuto y 10 segundos para formular sus observaciones y sugerencias.

El otro aspecto que ocupó a una treintena de delegaciones, de las 103 que intervinieron en el examen de Venezuela fue solicitar garantías para la integridad de periodistas y defensores de derechos humanos, así como la invitación a relatores que Venezuela ha venido negando sistemáticamente. Entre 2015 y 2016 según el informe del Alto Comisionado para los derechos humanos Venezuela ha rechazado la visita de 10 relatores especiales, entre ellos el de libertad de expresión.

Garantizar la integridad de periodistas, promulgar leyes que garanticen una expresión plural e independiente, tomar medidas que eviten la estigmatización y las agresiones contra defensores de derechos humanos en los medios públicos, fueron recomendaciones que destacaron entre la recomendaciones formuladas al Estado venezolano, cuyo discurso careció de autocrítica.

«La libertad de expresión en Venezuela se garantiza plenamente». Con esa frase inició su intervención el ex presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, Conatel, William Castillo. La afirmación se niega a si misma al ser contrastada con una realidad que solo en los últimos nueve años da cuenta de restricciones en la venta de papel a medios impresos por su línea editorial, cierre de estaciones de radio y televisión por la misma vía; migración o desaparición de medios impresos por falta de insumos; ataques directos a periodistas y medios privados a través de los canales del Estado, entre otras.

Castillo sostuvo que el país cuenta con «con un marco constitucional y legal que refuerza la libre circulación de ideas e informaciones, garantiza la democratización y el acceso del pueblo y la responsabilidad ulterior como pilares esenciales y que está en perfecta armonía con el pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y demás instrumentos».

Destacaron intervenciones como la de Alemania, que recomendó a Venezuela salvaguardar el derecho a la libre expresión, la libre circulación de la prensa y de los ciudadanos, mientras que Portugal considero necesario que el gobierno  tome medidas para que no haya represalias contra periodistas.

William Castillo insistió en el argumento de que en Venezuela «no hay un solo periodista o miembro de una organización no gubernamental detenido o sometido a proceso judicial en razón de su actividad profesional’, y justificó que hubiese «dueños de medios que enfrentan juicios por delitos de difamación e injuria, y que se encuentran prófugos de la justicia».

El funcionario, que no es el titular del Ministerio de comunicación e información, pero que ha asumido la vocería del tema en otras evaluaciones ante organismos internacionales, omitió en su cuenta los casos de los periodistas Hernán Lugo, Sofía Nederr y Javier Ignacio Mayorca, de El Nacional, demandados por difamación e injuria por el actual diputado del PSUV, Hugo Carvajal. Castillo tampoco considero los casos de los columnistas Carlos Genatios (demandado en 2014) y Laureano Márquez (2016), demandados por unos artículos de opinión publicados en el diario Tal Cual. También demandaron al diario en ambos casos.

Castillo afirmó que en «Venezuela la voz, la palabra y el acceso al conocimiento son derechos de todos y para todos», y que el Estado venezolano se compromete a «seguir avanzando hacia mayores niveles de modernidad, pluralidad y democratización de la comunicación».

Qué preocupa a los países sobre Venezuela

Japón: Las restricciones a los medios. Kenya: La privacidad de las comunicaciones

Letonia: Leyes que restringen la libertad de expresión .Países Bajos: Uso de la represión por disidencia. México: Incumplimiento de los estándares internacionales de libertad de expresión.

Nueva Zelandia: Garantías para la libertad de expresión. Perú, Sudán: Ley de acceso a la información de interés público.

Portugal: Represalias contra la prensa y los periodistas. España: garantías para la libertad de expresión y acceso a la información, y separación de poderes.

Suiza: El silencio de Venezuela respecto a data económica, de seguridad ciudadana y salud. Ucrania: Integridad de los defensores de DDHH.

EEUU: Derecho a manifestación pacífica opositora con acceso libre a la prensa. Existencia de delitos de opinión en el sistema penal.

Australia: Veto a las visitas en Venezuela de relatores de DDHH.  Austria: Que no se respeten garantías constitucionales en materia de libertad de expresión.

Bélgica: Sugiere que se respete de manera pública la labor de defensores de DDHH Islandia: El acoso a los que critican al gobierno y la renuencia a recibir procedimientos especiales. Pidió que se cree una comisión de la verdad, con el Alto Comisionado.

Con información de enviados especiales de IPYS Venezuela.

 

 

 

 

 




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