Cortesía EFE.

No hubo sobresaltos en la semifinal del Mundial de Clubes, el Palmeiras de Abel Ferreira ganó 2 a 0 al Al-Hahly de Egipto y ahora espera a su rival entre el Al-Hilal y el Chelsea.

El partido fue un monólogo del Palmeiras con el esférico y los egipcios optaron por replegarse para saltar al contragolpe. El bicampeón de América no reculó ni cayó en la impaciencia a pesar de no contar con muchas ocasiones y verse lejos de quebrar el cero.

Pero al minuto 40′ del partido el status quo del partido se quebró y la monotonía se terminó. El Palmeiras halló entre líneas a Dudu que vio en su periferia el desmarque de Raphael Veiga, el volante cuchareó el cuero para dejarlo solo frente al arquero. Veiga siguió el balón y desató un derechazo imparable al segundo palo para anotar el primer gol y desatar la locura de los aficionados brasileños.

El equipo verde se iba a las duchas arriba en el mercado y los egipcios se marcharon frustrados con la cabeza gacha, pero para empeorar aún más ese estado de abatimiento Dudu se sacó una bomba desde el vestuario que estalló en el minuto 4 del segundo tiempo. Aquel bombazo sepultaría las opciones del Al-Hahly que sería engullido por el desánimo.

En ese estado ya al final del partido la impotencia de la derrota hizo que Ayman Ashraf drenara la rabia de la derrota contra el rival. Aquella entrada le valió la expulsión y el Palmeiras se apoderó del primer boleto a la final del Mundial de Clubes.




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