Es un hecho. La pandemia de la COVID-19 traerá consigo inevitables transformaciones que influirán en los modos de vida de las personas y en la dinámica urbana de las ciudades de Venezuela y el mundo. Así lo consideró Alejandro Conejero, urbanista egresado de la Universidad Simón Bolívar (USB).
“Lo que ocurre es que en la ciudad, por la densidad poblacional, somos más propensos a enfermarnos si no hay condiciones sanitarias adecuadas”, dijo el especialista en entrevista con El Carabobeño, al explicar que aunque los cambios impulsados por la salud pública no son tan evidentes, resultan de gran ayuda en la prevención y erradicación de enfermedades.
Conejero es autor de un artículo titulado “Las ciudades después del coronavirus”, cuyo planteamiento central es la incidencia del descubrimiento del nuevo virus y su carácter pandémico en la generación de los cambios que pudiesen ocurrir no solo en las ciudades, sino también en las formas de interacción de las personas con su hábitat.
Uno de los factores determinantes en las transformaciones que pudieran darse es el contexto en el que se desarrolla la COVID-19, resaltó, ya que si la propagación de este virus hubiese ocurrido hace 60 años, sin la existencia de la masificación de internet, “los cambios serían completamente distintos”.
En cuanto a la incidencia de los efectos de la pandemia, aseveró que no será un proceso homogéneo, ni siquiera entre las ciudades de un mismo país. Por el contrario, las reacciones serán diferentes en cada ciudad debido a que quienes viven en, por ejemplo, Valencia o Guanare, no tienen las mismas necesidades y deficiencias que los de Caracas o Maracaibo.
Impacto del teletrabajo
El trabajo, principal fuente de movimiento de las ciudades, será epicentro de cambios drásticos. Debido a la cuarentena implementada por decenas de países, las empresas y organizaciones se volcaron al teletrabajo para sostener sus operaciones, siendo esta una opción viable que podría mantenerse incluso luego de finalizar la contingencia.
“Eso posiblemente influya en el flujo de los traslados al inicio y al final de la jornada laboral”, señaló el urbanista. “Por lo tanto, podríamos ver un cambio en las horas pico de la ciudad. Hasta podrían llegar a desaparecer”.
Según Conejero, al masificarse el teletrabajo, también pudiese darse una variación en el valor del suelo de las ciudades: Las parcelas que albergan oficinas o locales comerciales, y que actualmente son las más caras, podrían depreciarse ante la eventual disminución de la demanda de este tipo de suelos.
En contraste, sostuvo, probablemente el suelo residencial unifamiliar se revalorice, sobre todo en las ciudades más desarrolladas y con las condiciones necesarias para la implementación del trabajo a distancia.
Más para el peatón, menos para el vehículo
En el artículo, Conejero hizo énfasis en la necesidad de hacer las ciudades más para el peatón y menos para el vehículo, con el establecimiento de cuadras heterogéneas. “Esta tendencia del diseño urbano sugiere que no solo debe haber un cambio en la zonificación, aumentando la mezcla de usos, sino también en la forma bajo la cual se configuran las manzanas”.
Al crearse espacios heterogéneos que permitan a los ciudadanos acceder a servicios de primera necesidad dentro del sector en el que habitan, el uso de vehículos motorizados quedaría suprimido en un porcentaje importante y tomarían mayor relevancia otras formas desplazamiento, como las bicicletas.
“Si eso fuese promovido por el Estado, probablemente podríamos ver cambios importantes después de esta cuarentena respecto a la receptividad de los vehículos no motorizados”, puntualizó.
Espacios públicos íntimos
Es posible que los parques de bolsillo, las plazoletas y los patios interiores cobren relevancia dentro del diseño urbano del escenario post pandemia, debido a que son formas de interacción mucho más controladas a las que los ciudadanos deberían poder acceder sin necesidad de desplazarse con vehículos motorizados, afirmó.
La necesidad de este tipo de espacios se ha hecho evidente durante cuarentena, cuando las personas se ven obligadas a quedarse en sus casas, sin la posibilidad de recrearse en otro tipo de ambiente. “Eso sería diferente si tuviéramos una configuración de manzanas como la de Barcelona, España, donde todas tienen un patio interior”.
Propuestas para Valencia
Para el dirigente político, el sistema de saneamiento y distribución de agua potable en Valencia debe ser replanteado con urgencia, a fin de garantizarle a la población un servicio con la calidad óptima requerida para el consumo. “Los valencianos nos estamos bañando en heces y eso es una tragedia sanitaria”.
Otro tema que a su juicio requiere especial atención es el transporte público. Consideró necesario que sea culminada la Línea 1 del metro y que el proyecto de construcción de las otras líneas sea reemplazado por una alternativa de transporte masivo superficial, a través de autobuses de tránsito rápido.
A diferencia del proyecto de extensión del metro, cuya última estación fue inaugurada hace más de cinco años, el de los autobuses de tránsito exclusivo resulta menos costoso, más realizable en el corto plazo y con mayor eficiencia en la tarea de intensificar la dinámica entre el norte y el sur de la ciudad, reiteró el especialista.
Hizo referencia, además, a la autopista que atraviesa toda capital carabobeña y la divide en dos, generando desigualdad y una notoria estratificación social que “no colaboran con la convivencia”. En este punto, también resaltó la importancia de terminar la circunvalación de Valencia, para que todo el tránsito proveniente de Caracas con destino a Barquisimeto o viceversa, no tenga que entrar a la ciudad.
Conejero fue enfático al señalar que “esas pequeñas cosas podrían hacer de Valencia, otra”, si existiese la voluntad política necesaria para llevarlas a cabo.
