(Foto AFP)

El papa Francisco reconoció los valores heroicos del papa Juan Pablo I, abriendo el camino hacia su beatificación, anunció este jueves el servicio de prensa del Vaticano.

Jorge Bergoglio firmó el miércoles el decreto que reconoce que Albino Luciani debe ser considerado «venerable» por la Iglesia, primer paso para su beatificación si se le reconoce que intercedió en un milagro.

Juan Pablo I, conocido como «el papa de la sonrisa», fue el último pontífice italiano y uno de los más efímeros: elegido en agosto de 1978, falleció 33 días más tarde tras sufrir un infarto a los 65 años.

Durante este breve periodo, llevó a la Santa Sede un estilo más directo, pero su simplicidad no gustó a la Curia, el gobierno del Vaticano.

Nacido el 17 de octubre de 1912 en Forno di Canale, Italia, Luciani falleció el 28 de septiembre de 1978 dentro del Palacio Apostólico.

Un informe, con  testimonios y certificados, entre ellos varios exámenes médicos, descartó que Juan Pablo I haya sido envenenado, como se especuló por años.

Juan Pablo I fue hallado sin vida en el lecho de su habitación en el palacio apostólico poco antes del amanecer, pero algunos aspectos sobre el descubrimiento del cadáver, el hecho de que no se realizó la autopsia sumado a varias declaraciones contradictorias dadas por el Vaticano sobre su muerte, dieron lugar a una serie de teorías conspirativas en torno a ella.

Además de las incoherencias oficiales, otros factores de índole económico, ya que Juan Pablo I pretendía ahondar las reformas iniciadas por Juan XXIII y clarificar las cuentas dentro del Banco del Vaticano, alimentaron las teorías que apuntaban a un envenenamiento del pontífice.

La causa de beatificación abierta en el 2003 del llamado «Papa de septiembre», ya que reinó la Iglesia prácticamente solo durante ese mes de 1978, fue apoyada por Benedicto XVI y sucesivamente por Francisco.

La extensa documentación, compuesta por cinco volúmenes de 3.600 páginas, incluye el testimonio del papa alemán, Benedicto XVI, algo excepcional en la historia de la Iglesia.

En un libro publicado esta semana, con el título «Papa Luciani, crónica de una muerte», la periodista italiana Stefania Falasca,  confirma gracias a numerosos testimonios y documentos inéditos que Juan Pablo I murió de un ataque al corazón.

Falasca, que tuvo acceso a documentos importantes, es también vicepostuladora de la causa de beatificación del pontífice italiano.

En el prólogo, escrito por el actual secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, el purpurado estima que la humildad y la simplicidad de Luciani es similar a la del pontífice argentino.

El libro narra también las últimas horas del pontífice, los momentos que precedieron su muerte así como las descripciones de las religiosas que lo encontraron la fatal madrugada «recostado, con una leve sonrisa, las gafas puestas, los ojos medios cerrados, como si durmiera», contó Falasca a Radio Vaticano.




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