El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a recortar sus previsiones para América Latina este martes, por la desaceleración en Brasil y México, la profundización de la crisis en Argentina y el ahondamiento del colapso de Venezuela.
Con una “considerable” revisión a la baja, el FMI proyecta un crecimiento de 0,2% en la región en 2019 lo cual significa un recorte de 0,4 puntos porcentuales (pp) desde sus últimas previsiones hechas en julio.
Para 2020, las perspectivas fueron recortadas 0,5 pp a un nivel de 1,8%, lo que sitúa las previsiones de la región por debajo del promedio de la economía mundial, que según el FMI crecerá 3% en 2019 y 3,4% en 2020.
“En América Latina, la actividad se desaceleró notablemente al principio del año en las grandes economías, debido principalmente a factores idiosincráticos”, dijo el FMI en su informe. Ya en abril la entidad había rebajado en 1,2 pp el crecimiento regional esperado.
“La considerable revisión a la baja para 2019refleja un recorte para Brasil, donde el suministro minero lastró la actividad, y para México, donde la inversión sigue siendo débil y el consumo privado se ha desacelerado”, dijo FMI en su informe.
En el caso de México, el FMI citó “la incertidumbre sobre las políticas, un debilitamiento de la confianza y un alza de los costos de los préstamos”.
Para Brasil, el FMI recomendó que se mantenga una política monetaria para acompañar al crecimiento y destacó que la “reforma de las pensiones es esencial”.
“Va a ser necesaria una mayor consolidación fiscal para cumplir con el límite de gasto establecido por la Constitución en los próximos años”, dijo la entidad.
En el caso de México, el FMI dijo que es “esencial” que el gobierno adhiera a un plan de consolidación fiscal a medio plazo, “para preservar la confianza del mercado y estabilizar la deuda pública”.
El FMI proyecta que el crecimiento en América Latina aumente desde 1,8% proyectado para 2020, pero que siga en un nivel por debajo de la barrera del 3% en el medio plazo por “rigideces estructurales, las lábiles condiciones del comercio y los desequilibrios fiscales”.
EL CASO ARGENTINA
Para Argentina, el FMI proyectó un panorama sombrío, con una profundización de la crisis después de la contracción de 2,5% en 2018, con una reducción del PIB de 3,1% en 2019 y una recesión que se prolongará hasta 2020 con una retracción de 1,3%. “Se espera que la economía en Argentina se contraiga más en 2019 debido a la caída de la confianza y a un condiciones de financiamiento externo más ajustadas”, dijo la entidad.
El gobierno del presidente Mauricio Macri llegó un acuerdo con el FMI en 2018 para un crédito a tres años por unos 57.000 millones de dólares, de los cuales el organismo ya entregó más de 44.000 millones. El ajuste aceleró la subida de los precios y la pérdida de empleo, en un contexto de creciente pobreza.
Del lado de la inflación, el FMI tampoco proyecta una mejoría, con un alza de los precios proyectada en 54,4% este año y en 51% el próximo.
SIGUE EL COLAPSO EN VENEZUELA
Para Venezuela, la entidad proyecta que la crisis siga, con una contracción de la economía de 35% en 2019 y de 10% en 2020. “La profunda crisis humanitaria y la implosión económica en Venezuela sigue teniendo un impacto devastador, con un pronóstico de la economía se contraiga un tercio en 2019”, dijo.
El FMI pronosticó un alza de los precios de 200.000% en 2019 y de 500.000% en 2020, después de haber proyectado inicialmente una inflación de 1.000.000% para este año.
La entidad señaló en el informe que realizar proyecciones sobre Venezuela, incluyendo evaluaciones de la situación actual, es complicado por la “falta de diálogo con las autoridades”.
“En Venezuela, se proyecta que continúe el colapso que ya lleva varios años, pero a un ritmo menos dramático que en 2019”, dijo el FMI.
Con información de Infobae