Dayrí Blanco | @DayriBlanco07

No es casualidad. Tampoco un golpe de mala suerte. Enrique García intentó por tres días abastecer su vehículo de gasolina, las dos primeras veces no había inventario en la estación de servicio que está en la ruta hacia su casa, y la tercera solo había disponibilidad de 91 octanos. No tuvo otra opción que ajustarse a la realidad impuesta desde Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa) que tiene dos de cuatro refinerías de combustible paralizadas y solo es capaz de producir 41,18% de la gasolina que se consume a diario en el país.

Las plantas de El Palito, en Puerto Cabello, y la de Puerto La Cruz están paralizadas. Entre ambas deberían aportar 84 mil 500 barriles diarios (b/d) al mercado nacional, pero están en cero. Solo está saliendo combustible desde el Centro Refinador Paraguaná (CRP): 70 mil b/d en Amuay y 40 mil b/d en Cardón, que no son aptos para la venta al ser de muy bajo octanaje: “No llegan a 65 octanos”, aseguró Iván Freites, secretario de la Federación de Trabajadores Petroleros de Venezuela.

De esos 110 mil b/d se logra transformar en combustible de mejor estándar solo 70 mil, que no cubren ni la mitad de los 170 mil b/d que se requieren en el país para satisfacer la demanda. Esto sucede porque no se cuenta con suficientes componentes como etanol, MTBE y nafta, que se usan como aditivos para lograr mejor combustión de la gasolina. “Estamos haciendo una, llamada full ranch, que debe ser mezclada con una de alto octanaje que no tenemos capacidad para producir”.

Es por eso que el pobre abastecimiento con el que se cuenta es de una calidad cuestionable. Enrique lo sospechó cuando su vehículo comenzó a fallar de repente y coincidió con varios compañeros de trabajo en que el aroma es mucho más intenso. No era solo una presunción. Su mecánico se lo confirmó: “Se obstruyó el filtro de la gasolina”.

Freites lo ratificó: “Como no tenemos todos los componentes necesarios para la producción de combustible, estamos haciendo uno que está fuera de especificación, y por eso el olor tan fuerte que presenta. Algunos carros están fallando, porque la gasolina no tiene el octanaje requerido”.

Las plantas catalíticas de El Palito y Puerto La Cruz, de donde debe salir combustible, están detenidas desde hace más de dos años. Y las del CRP están mínima capacidad por falta de componentes que también se dejaron de producir en el país y debe ser importado. “Esto sucede en momentos en los que Pdvsa enfrenta una sanción que no permite que la empresa tenga acceso a compras internacionales de gasolina, sus componentes, aceites lubricantes, gas y gasoil”.

Eso ha comprometido severamente los inventarios de combustible de la estatal. Lo natural en una industria petrolera como la venezolana es que se cuente con entre 12 y 15 días de almacenamiento de gasolina y gasoil. Pero la realidad actual es que apenas se produce al día para cubrir 41% de la demanda de un solo día. “Es un grave problema porque si se presenta una contingencia, no vamos a poder cumplir con la demanda si hay una eventualidad de paralización total de las refinerías. Nos quedaríamos completamente sin gasolina en el país”.

A eso se le suman las deudas que mantiene Pdvsa con sus proveedores internacionales de combustible. Este martes se encontraban en las costas de falcón los buques Clarity y Dignity con 80 mil barriles de gasolina de 91 octanos, 100 mil de 95 y 80 mil de gasoil en total. La carga se mantenía retenida por sus propietarios, una empresa griega, porque la estatal petrolera no había cancelado lo correspondiente al flete.

Freites explicó que el consumo nacional de gasolina pasó de 260 mil a 170 b/d de gasolina y de 210 mil a 140 mil b/d de gasoil durante los últimos dos años, como consecuencia de la crisis de repuestos y autopartes. Aún así se produce gasolina en déficit y de mala calidad. Es por eso que Enrique García y muchos venezolanos tienen que ir de una estación de servicio a otra y exponer sus vehículos a que presenten fallas, por abastecerse de combustible en el que fue un país exportador de gasolina y ahora no tiene cómo producirla.




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