Pelosi se solidariza con Armenia
La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi. Foto archivo: EFE

La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, llegó hoy a Armenia en un momento en que la tensión con Azerbaiyán amenaza con una nueva guerra en el Cáucaso Sur.

«Hoy encabezo una delegación del Congreso a Armenia para resaltar el fuerte compromiso de Estados Unidos con la seguridad, la prosperidad económica y la gobernanza democrática en Armenia y la región del Cáucaso», escribió Pelosi en Twitter.

Se trata de la primera visita de Pelosi a Armenia, que tiene un gran significado para el pequeño país caucasiano, que denunció esta semana la incursión de tropas azerbaiyanas en su territorio y ataques contra infraestructuras civiles, con cerca de 200 casas dañadas o destruidas, lo que ha obligado a evacuar a más de 7 mil personas de las zonas fronterizas.

Una de las localidades afectadas por los ataques es el popular balneario armenio de Dzhermuk, conocido como la Suiza armenia.

En los choques que estallaron entre las partes el pasado 13 de septiembre y que Bakú atribuyó a una «provocación a gran escala» de Ereván, murieron más de 210 militares de ambos bandos.

Pelosi se solidariza con Armenia

En vísperas de la llegada de la presidenta de la Cámara de Representantes, fuentes oficiales armenias destacaron la contribución de Washington para el cese de hostilidades en la región.

A la vez, Ereván teme que las fuerzas azerbaiyanas hayan tomado una pausa para reagruparse y atacar nuevamente.

Así lo dijo, entre otros funcionarios, el representante armenio en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, que se reunió el pasado 15 de septiembre para abordar la situación en la frontera armenio-azerbaiyana.

Según el embajador armenio ante las Naciones Unidas, Mger Markarián, Azerbaiyán no renuncia a los planes de «ampliar la geografía de los ataques», cuyo objetivo final es abrir un «corredor extraterritorial» a través de Armenia para unirse por tierra con la República Autónoma de Najicheván y Turquía.

Apretada agenda

Este miércoles Pelosi afirmó que su visita a Armenia ya estaba planificada de antemano y que responde a una invitación realizada hace tiempo.

El avión de Pelosi, procedente de Berlín, donde la política asistió a una reunión de los presidentes de los Parlamentos del grupo de las siete potencias del mundo, el G7, aterrizó en el aeropuerto de Zvartnots, a las afueras de Ereván, esta tarde.

En el aeropuerto, la política fue recibida por el presidente del Parlamento armenio, Alen Simonián.

Con ocasión de la llegada de la delegación estadounidense, varias calles de la capital armenia fueron adornadas con las banderas de ambos países.

En este viaje Pelosi está acompañada por dos congresistas de origen armenio implicadas en la campaña para que EEUU reconociera oficialmente el genocidio armenio en el Imperio otomano.

Visita al monumento 

Antes de llegar a Ereván, Pelosi reiteró que, tal y como reconoció el presidente Joe Biden el año pasado, «lo que pasó hace más de cien años es un genocidio» y tiene previsto durante su estancia en Armenia visitar el monumento a las víctimas de la masacre de 1915 en la que murieron un millón y medio de armenios, según diversos cálculos.

La delegación está integrada también por el senador Frank Pallone, presidente del Comité de Energía y Comercio de la Cámara baja de Estados Unidos, quien condenó esta semana la «agresión» de Azerbaiyán contra Armenia.

La presidenta de la Cámara de Representantes dijo en Berlín que los armenios se enfrentan a muchos «retos de derechos humanos», pero no hizo referencia a las hostilidades con Azerbaiyán -las peores de los últimos dos años- ni al alto el fuego proclamado el miércoles.

Se espera que en Ereván Pelosi se reúna con el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, y otras autoridades armenias.

La presidenta de la Cámara de Representantes también ofrecerá una rueda de prensa y acudirá al Centro de Arte Cafesjian, donde intervendrá con un discurso.

Armenia, dispuesta a normalizar sin ultimátum

La escalada de tensiones entre Ereván y Bakú tiene lugar en medio de los preparativos para la firma de un acuerdo de paz entre ambas repúblicas, enfrentadas por el control del disputado territorio de Nagorno Karabaj desde hace más de tres décadas.

Según Rusia, que negoció un alto el fuego entre las partes tras la guerra de otoño de 2020, el respectivo trabajo no ha cesado ni por un instante.

A la vez, Armenia denuncia presiones de Azerbaiyán para que el tratado se firme bajo las condiciones impuestas por Bakú, sea por la vía política o la militar.

«Azerbaiyán cree que Armenia debe aceptar todas sus condiciones sin negociar», dijo esta semana el ministro de Exteriores armenio, Ararat Mirzoyán.

Explicó que se refiere tanto a la situación en torno a Nagorno Karabaj, reconocido internacionalmente como territorio azerbaiyano, pero poblado históricamente por armenios étnicos, como al desbloqueo de las comunicaciones de transporte en la región.

«Tratan, de hecho, obtener un corredor extraterritorial», dijo Mirzoyán.

Pashinián ha expresado en varias ocasiones la disposición de abrir las carreteras para el tránsito a través de Armenia, pero ha rechazado ceder la soberanía de estos territorios a otro país.

Su contundente rechazo a un corredor a través del sur de Armenia ha expresado también el vecino Irán, quien ha aseverado que su frontera con Armenia es una «ruta histórica» de comunicación y que Teherán no tolerará un cambio geopolítico en la región.




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