La Enfermedad de Peyronie (EP) es una condición adquirida, localizada en el pene, que consiste en placas o induraciones (cicatrices) palpables que producen una curvatura, deformidad o estrechamiento peneano durante su erección, con o sin dolor. En el 32% de los casos se puede asociar disfunción eréctil (impotencia sexual). Esta afección puede alterar la función sexual del paciente, hasta el punto de impedir la penetración sexual, generando estrés psicológico en quien la padece.

¿Es muy frecuente? No. Se estima que afecta entre el 3,2 y 8,9% de los hombres (Mulhall 2004), con un rango de edad entre los 40 y 70 años (promedio 53 años). Aunque la prevalencia podría ser un poco más elevada, debido a que pocos pacientes acuden al médico por este motivo.

¿A qué se debe? No se conoce bien la causa. Un artículo publicado por Current Sex Health Report (Bilgutay 2016) establece que se ha asociado a déficit de vitamina E, uso de medicamentos beta-bloqueantes (propanolol), cirugías (de cáncer de próstata), procedimientos (cistoscopia, colocación de sondas), y factores genéticos. Se sugiere que entre el 21-40% de los casos puede ser causado por pequeños traumas o golpes en el pene durante la relación sexual, lo que activa una respuesta inflamatoria y produce una cicatriz en el tejido peneano (cuerpos cavernosos).

¿Se puede convertir en cáncer? No, no se ha encontrado relación entre la EP y alguna malignidad (Bilgutay 2016).

¿Podemos prevenirlo? British Journal of Urology International (Bjekic 2006), publicó un estudio que demuestra que existen factores que pueden agravar esta condición: Edad, obesidad, cigarrillo, diabetes mellitus, dislipidemias (aumento de las grasas en la sangre) y enfermedades de transmisión sexual. Aún es desconocido el mecanismo cómo estos factores afectan, pero evitarlos o controlarlos ayuda a prevenir su agravamiento. La EP es un trastorno progresivo y que tiende a empeorar con el tiempo al menos al 48% de los pacientes (Mulhall 2006).

¿Tiene cura? A lo largo de los años se han utilizado múltiples terapias médicas y quirúrgicas para tratar esta condición. Pero, no existe un consenso sobre cuál de ellas debería utilizarse. El tratamiento se escoge de acuerdo con la gravedad de la enfermedad, la preferencia del paciente y la experiencia del urólogo. El rango de terapias incluye desde tratamiento oral, inyecciones peneanas, ondas de choque y cirugías para eliminar la curvatura, hasta injertos, colgajos y la colocación de prótesis peneanas (Gokce 2013).

Si presentas alguno de estos síntomas o te sientes limitado para tener una relación sexual satisfactoria, acude a tu urólogo de confianza, que te ¡orientará sobre los posibles tratamientos!




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.