Gustavo Petro
Gustavo Francisco Petro Urrego es un político y economista colombiano. Foto: Cortesía

Gustavo Francisco Petro Urrego es un político y economista colombiano de ascendencia italiana, ​ actual Senador de la República para el periodo legislativo 2018-2022, líder fundador del movimiento político Colombia Humana. Fue candidato para la presidencia de Colombia en 2010 y 2018.

Gustavo Petro (G.P): En una palabra, es un luchador. Ha sido la característica de mi existencia. No nací en una familia rica ni con comodidades, pero mi papá tampoco, por eso era un luchador, un costeño joven que se vino a estudiar a Bogotá, como muy pocos en aquel entonces.

Él me enseñó el gusto por la lectura. Era un lector diario, cotidiano, tenía una pequeña biblioteca y a partir de esos libros fui construyendo los primeros escalones de mi vida intelectual, me volví matemático bueno.

Por ahí entonces estudié economía en la universidad que pagaba con una baja cuota semestral y logré incluso estar becado a partir de mis buenos niveles de calificaciones.

Esa figura de excelente estudiante se fue articulando a otra, que era mucho más problemática, que eran mis ideas políticas por las que luché y a partir de ellas encontré un mundo, primero en Zipaquirá, donde tuve que trabajar asalariadamente y al final, a partir de allí, me he convertido en un dirigente político de la sociedad colombiana, querido sobre todo por su juventud y por sus clases trabajadoras y obviamente, en cierta forma, excluido por quienes mantienen un nivel de privilegios y corrupción en el país absolutamente abominable y han llevado a esta sociedad a ser una de las más violentas del mundo. Ese es Petro, algo intelectual, algo poeta, algo resistente y un poco terco ante la idea de que se puede cambiar el país.

G.P.: Yo escribía poemas, obviamente nunca me los aprendía de memoria, no sé a dónde fueron a parar, porque los regalaba a quien iban destinados, por ahí a algún amor por ahí perdido.

Sí recuerdo poemas, como el de Pablo Neruda que siempre se menciona: puedo escribir los versos más tristes esta noche, pensar que la he perdido… el cielo está estrellado y titilan azules los astros a los lejos…

Me gustaba mucho Pablo Neruda, porque hay como una articulación con el boom latinoamericano. Yo fui joven en el boom latinoamericano, García Márquez, Pablo Neruda, Vargas Llosa y cierto mundo de la nación que se logró dejar influenciar del boom latinoamericano, lamentablemente eso se ha perdido, y era la frase bien construida, la frase inteligente, en la canción, la canción era una especie de poesía cantada que fue parte de ese boom latinoamericano. Ya hoy estamos en otras ondas que no me parece que sean mejores, creo que hemos degradado un tanto el mundo y la vista artística del pueblo latinoamericano y que es hora del resurgimiento de un renacimiento latinoamericano del arte y de la cultura.

SEMANA: A propósito de Neruda y de Chile, hablemos de la elección de Gabriel Boric como presidente de Chile

G.P.: Además porque estábamos en un festejo navideño, pero cayó la noticia ahí mismo, debo confesar que me emocionó. Pablo Neruda fue candidato presidencial en Chile y perseguido, hay películas que cuentan esas historias, García Márquez también tuvo que exiliarse, lo perseguían porque decían era miembro del M-19 y la verdad García Márquez sí era muy amigo de Jaime Bateman, dos caribeños excepcionales que han marcado la historia contemporánea en Colombia. En Chile es como si García Márquez volviera a revivir, pero es Pablo Neruda el que vuelve a revivir, Allende, pero es una historia que no puede quedar en el pasado, no puede ser una nostalgia. Boric representa la juventud latinoamericana.

Él fue hace 10 años uno de los dirigentes estudiantiles, una enorme movilización, que buscaba la educación pública gratuita y en 10 años de convirtió en presidente. Es alguien que si estuviera hoy en Colombia lo hubieran llamado vándalo.

Como presidente creo que va a dar un gran salto en materia de la lucha social, en términos de salud y pensión. Boric tiene la misma propuesta de reforma al sistema pensional chileno que la que yo he presentado. No es que seamos iguales, hay que superar el neoliberalismo como un sistema de ideas dominante en los gobiernos de estos países para abrirle paso a la garantía real y efectiva de los derechos de la gente.

Lo de Boric es no solo una nostalgia que me hizo llorar, obviamente, sino además una apuesta por una contemporaneidad latinoamericana, que hoy tiene que ver con cómo lograr que la sociedad latinoamericana sea una sociedad el conocimiento, de la educación, del equilibrio con la naturaleza. Cerebros y naturaleza son los dos grandes pilares, y pondría un tercero: la sensibilidad. O sea, cerebro, naturaleza y corazón. Esos son los grandes baluartes solo que se puede construir la sociedad latinoamericana.

SEMANA: ¿Qué tiene usted de parecido con Boric?

G.P.: Es una oleada, los pueblos de Latinoamérica entendieron que llegó el momento del cambio.

En la necesidad de superar el sistema neoliberal. Lo que junta a Santos con Uribe, lo que junta Duque con Piñera, lo que junta al conservatismo y al liberalismo es un sistema de ideas. Ese sistema de ideas que ha gobernado en Colombia durante las últimas cuatro décadas y que tomó como ejemplo precisamente ese sistema de ideas de Chile, bajo la dictadura de Pinochet. Lo que hoy rige es lo que se llama el neoliberalismo, que nace en la dictadura chilena.

Boric y Petro lo que están proponiendo es salir de ese sistema de ideas. Boric y Petro lo que están proponiendo es salir del sistema neoliberal. ¿Hacia dónde? ¿Hacia el castrochavismo? No, estamos proponiendo sociedades productivas fundadas en el conocimiento.

SEMANA: Boric es hijo de un movimiento estudiantil y social que derivó rápidamente en una Constituyente, ¿definitivamente usted no considera una Constituyente para Colombia?

G.P.: No, porque los chilenos nunca pudieron salir de la Constitución de Pinochet. Todavía rige esa Constitución, Pinochet si estuviera vivo sería senador. Hay una institucionalidad construida y nacida del régimen de Pinochet.

En Colombia, al contrario, nosotros pudimos, nos costó luchas y los hicimos con fuerzas diversas. Hicimos la Constitución del 91 y derogamos una anacrónica Constitución de 1886. Fue esa juventud, a la que pertenecí, la que derogó la Constitución de 1886.

Nosotros no entramos a un proceso Constituyente, nosotros lo que debemos entrar es a un cambio real del Congreso de Colombia, para que las reformas puedan ser hechas como un pacto ciudadano y puedan aplicar la Constitución del 91 a cabalidad.

SEMANA: ¿Qué opina hoy de Nicolás Maduro?

G.P.: Es un tipo que no ha sido capaz de desligar a Venezuela del petróleo, es una persona que está dentro de las dirigencias de la política de la muerte.

SEMANA: ¿Chávez era diferente?

G.P.: Chávez intentó desligar a Venezuela del petróleo, pero fracasó. Fracasó porque lo sustentaba sobre la base de elevar el precio del petróleo, Venezuela se llenó de dólares y quienes vivían allí creían que eso era el cambio y votaban por él, una y otra vez cada vez que hacían elecciones y nadie decía que eran fraudulentas. Pero la perspectiva era vivir del petróleo pensando que así se podía salir del petróleo. Eso es lo que he puesto en discusión en Colombia.

Luego, la imagen de Maduro no es de un líder de izquierda, es un integrante muy conservador de las facciones más regresivas de la política mundial que están tratando de defender que el mundo permanezca en una economía fósil.

Chávez hace parte de un progresismo que no le dio respuestas a América Latina y por eso fue derrotado una y otra vez en elecciones, no Chávez, sino la idea del nacionalismo ligado a subir el precio de las materias primas, pero no salir de las materias primas, que es lo que creo que debe hacer el progresismo hoy en día.

SEMANA: ¿Fidel sí era de izquierda?

G.P.: Él hace parte de otra generación, es la izquierda del poder soviético. Cuba es hija del poder soviético, de la estatización exacerbada y de modelos autoritarios de conducción política. Y creo que se han dado cuenta que no se puede mantener una estructura autoritaria sobre una sociedad que es libertaria, caribeña.

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