Petrobras anunció este miércoles que reducirá 10% el precio del diésel y congelará ese valor durante los próximos 15 días, en el tercer día de una huelga de camioneros que causa desabastecimientos en varios estados de Brasil.
La empresa controlada por el estado había resistido hasta ahora flexibilizar su política de alineamiento con los precios internacionales, causante de la disparada del precio de los combustibles en las últimas semanas; pero los gestos del gobierno, como la promesa de una reducción de impuestos a los carburantes, se habían revelado vanas para desactivar el movimiento de los transportistas.
El presidente de Petrobras, Pedro Parente, insistió en una conferencia de prensa en la sede del grupo en Rio de Janeiro en que se trata de una medida «de carácter excepcional», para facilitar las negociaciones entre el gobierno y los representantes de los camioneros.
La reducción no significa un cambio en la política de precios de Petrobras, subrayó, precaviéndose de la reacción de los mercados.
Los camioneros, que previamente rechazaron una tregua de tres días propuesta por el presidente Michel Temer, no indicaron hasta el momento si la iniciativa de Petrobras podría llevarlos a levantar los bloqueos que por tercer día afectaron a más de 20 de los 27 estados brasileños.
También queda por ver cuál será el jueves la reacción de los mercados, que consideran la política de precios aplicada por Petrobras desde fines de 2016 como una pieza clave de su estrategia de recomponer sus finanzas y su imagen después de haberse visto involucrada en el mayor escándalo de corrupción de Brasil.
La movilización ocurre a menos de cinco meses de las próximas elecciones, en las que el propio partido de gobierno pretende disputar la reelección defendiendo su gestión «responsable» de la economía.
– Desabastecimientos –
Los bloqueos dejaron ya sin combustible al aeropuerto internacional de Brasilia y afectaron actividades en frigoríficos y centros de distribución de alimentos de esta potencia agrícola exportadora.
Los camioneros habían afirmado más temprano que mantendrían la huelga al menos hasta el viernes, después de reunirse con el jefe de gabinete de Temer, Eliseu Padilha.
Pero aceptaron dejar pasar durante dos días las cargas de medicamentos, alimentos y animales en pie, afirmaron las centrales gremiales del sector.
«Estamos dialogando con el sector, estamos negociando, estamos muy preocupados (…) con el riesgo de desabastecimiento», afirmó Padilha.
Jueces de varios estados, incluyendo el Distrito federal de Brasilia, concedieron medidas provisorias contra los bloqueos viales, a pedido del gobierno o de empresas concesionarias de peajes, informó la prensa local.
Inframérica, gestora del aeropuerto internacional de Brasilia, un importante centro de conexión para vuelos domésticos, informó que debido a la falta de combustible solamente aterrizarán aeronaves con capacidad para despegar sin necesidad de abastecimiento en la terminal.
El frigorífico BRF aseguró por su parte que la protesta paralizó completamente las actividades de al menos cuatro mataderos de pollos y cerdos y parcialmente en otras seis unidades por falta de materia prima.
TV Globo reportó escasez de algunos productos agrícolas en centros de abastecimiento en Rio de Janeiro y Sao Paulo, así como una reducción de la flota de ómnibus en ambas ciudades.
Desde inicios de mayo, el precio del diésel salido de las refinerías (antes de impuestos) llegó a subir 13,5% y el de la gasolina más de 15%, aunque en estos últimos dos días hubo un ligero retroceso (a 10,5% y 12,3% respectivamente).
