(Foto Twitter)

Cuando la socialista Michelle Bachelet le entregue en marzo próximo la banda presidencial al derechista Sebastián Piñera, que se impuso en el balotaje de este domingo, volverá a repetirse una escena de la política chilena. Entre ambos se habrán repartido el poder en los últimos 12 años.

Bachelet inició el baile en 2006, cuando se convirtió en la primera mujer en llegar a la presidencia de Chile. Cuatro años más tarde, con una popularidad que se empinaba sobre el 80%, no pudo entregarle la banda a un miembro de su coalición y debió ceñírsela a Piñera, que rompió de esa forma con casi dos décadas consecutivas de gobiernos de centro-izquierda.

De la misma forma, en 2014 Piñera le devolvió la banda presidencial a Bachelet, quien ganó en segunda vuelta ante la derechista Evelyn Matthei, avalada por la promesa de profundas reformas sociales.

Y el próximo 11 marzo de 2018 se vivirá el tercer traspaso presidencial entre ambas figuras gravitantes de los últimos años en la política chilena.

«Nunca he tenido la menor duda de que tanto usted como yo queremos lo mejor para Chile», le dijo Piñera este domingo a Bachelet en una conversación telefónica entre ambos transmitida por la Presidencia chilena, una tradición «republicana» de este país en el que el mandatario saluda al vencedor de las elecciones.

En tres ocasiones Piñera y Bachelet han repetido esta cordial conversación. El presidente electo la invitó a desayunar a su casa este lunes, en otra de las tradiciones que se repite en la escena política.

«Sé que puedo contar con usted», le dijo la mandataria socialista a Piñera, que volverá a la Presidencia tras vencer en el balotaje al oficialista Alejandro Guillier, con el 54% de los votos.

Con 66 años, Bachelet ya ha dicho que no volverá a ocupar ningún cargo político. Abatida por el escándalo de corrupción que involucró a su hijo mayor, Sebastián Dávalos, le cerró las puertas definitivamente a toda opción política.

«La mejor decisión para ella es no volver a entrar en política y mantenerse como un referente histórico moral, en la medida que inició un proceso de reformas» en Chile, dijo a la AFP el analista de la Universidad de Santiago, Marcelo Mella.

Piñera dejará el poder con 72 años.

– Falta de renovación de la clase política –
Pero más allá de la anécdota, el continuo traspaso del poder entre ambas figuras da cuenta de una falta de renovación de las figuras políticas chilenas, agrupadas desde el retorno a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) en dos grandes bloques políticos: la coalición de centro izquierda y la alianza de derecha.

Aunque la irrupción en la última elección presidencial de nuevas agrupaciones, tanto de la izquierda más radical y la derecha liberal, abre la esperanza de que surjan nuevos liderazgos.

«Con la nueva elección de Piñera todo el circuito llega a su fin. Hay nuevos liderazgos que aparecen y que dan cuenta que este ciclo se cierra ahora con Piñera», señaló a la AFP el analista Guillermo Holtzmann.

En la derecha más liberal, aparece la figura del recién electo senador Felipe Kast. En los sectores más conservadores, asoma la figura del popular senador Manuel José Ossandón.

Tras la derrota electoral de Guillier, en la coalición oficialista no se vislumbran por ahora figuras de recambio. Ahora desde la oposición, los cuatro próximos años serán de recomposición del que es considerado el conglomerado de partidos políticos más exitoso de las últimas décadas en Chile, que derrotó en las urnas al dictador Pinochet en 1988.




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