El Barcelona intento tener la posesión del balón y ser protagonistas del partido. Foto EFE.

Un gol de Piqué le dio la victoria por la mínima al Barcelona ante el Dinamo Kiev (1-0), manteniendo con vida al conjunto azulgrana en la Liga de Campeones. Los culés lograron sus primeros puntos en un partido que merecieron ganar, pese a protagonizar otra actuación pobre en lo futbolístico.

El Barça fue muy superior al joven equipo de Lucescu, incapaz de poner en aprietos a Ter Stegen. Sin embargo, los ucranianos pudieron mantenerse con opciones de puntuar en el Camp Nou hasta el final del choque.

Koeman volvió a apostar por Dest de extremo derecho en el 4-3-3 que había probado con éxito ante el Valencia. Pero, esta vez el estadounidense contó como compañeros en el tridente ofensivo con Memphis y Luuk de Jong en lugar de Ansu Fati.

Aún así, De Jong tuvo dos ocasiones para adelantar a su equipo en el primer tiempo. Primero, cabeceó el balón inexplicablemente fuera cuando estaba solo frente a Bushchan. Y poco después, el meta del Dinamo volaba hacia el palo izquierdo para desviar un remate desde la frontal del delantero neerlandés.

Dest también tuvo un par de oportunidades claras para batir al conjunto ucraniano: un remate de cabeza muy forzado en la primera jugada del partido y un disparo a bocajarro, que Bushchan tapó para impedir el gol. Casi todas esas jugadas de gol tuvieron su origen en las botas de Jordi Alba, cuyos centros desde la banda izquierda se convirtieron en el único recurso del Barça para fabricar algo de fútbol.

Pasada la media hora de partido y Koeman empezaba a perder la paciencia ante la falta de puntería de su equipo. Así que llamó a calentar a Ansu Fati y Coutinho ante el júbilo del Camp Nou. Pero, ambos apenas habían empezado a correr la banda cuando aparecía Piqué para rematar, tirándose al suelo y conectando violentamente con la derecha, otro centro de Alba al fondo de la red.

Eso le permitió a los azulgranas marcharse con ventaja al descanso ante un joven Dinamo, que se pasaba el partido achicando balones para mantenerse a flote, sin la posibilidad de contraatacar. Koeman dio entrada al descanso a Ansu Fati por Luuk de Jong y a Coutinho por Mingueza, retrasando a Dest al lateral.

Ansu, uno de esos pocos jugadores que parece tocado por una varita mágica, creó de la nada la primera jugada de peligro del conjunto azulgrana tras la reanudación. El hispano-guineano presionó la salida de Bushchan forzando un error en el control del portero, que acabaría con el balón en las botas de Memphis. Este se lo cedió al nuevo ’10’ del Barça, que intentaría batir al meta del Dinamo en una acción acrobática, la cual no encontró la portería visitante.

Coutinho también lo probaría en un par de disparos altos, pero ahí acabó el caudal ofensivo local en el segundo tiempo. El conjunto ucraniano, cada vez mejor colocado en el campo, lo intentó hasta el final e hizo recular en varias transiciones rápidas al Barcelona. Sin embargo, no llegó a disparar entre los tres palos en todo el partido.

Eso le salvó al Barça, que no acabó pidiendo la hora, pero sí pitado por parte del Camp Nou, que ni siquiera pudo consolarse con la entrada de Agüero en la recta final. Y es que, con el Kun en el campo, tampoco pasó nada que la grada pueda recordar.




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