Definitivamente solo en época de invierno las plazas de Valencia conservan su verdor, pues la ausencia de sistemas de riego hace que el verano haga estragos en estos espacios públicos urbanos, que lucen desmejorados.
Un ejemplo de esta situación la podemos apreciar en la plaza Fabián de Jesús Díaz de la urbanización Prebo, una de las más hermosas de Valencia, pero que hoy se observa descuidada. La fuente tiene años que no funciona y la laguna artificial que está en el centro, pareciera consumirse sola.
Isidro Cásares, un asiduo visitante, comentó que sería una lastima que mueran los peces que aún quedan en la laguna, ya que constituyen uno de los atractivos de la plaza.
Hay personal que se encarga de la limpieza, por lo que diariamente eliminan la gran cantidad de hojas que caen, producto del verano. El parque infantil se encuentra en buen estado.
El Museo al Aire Libre «Andrés Pérez Mujica», o Plaza de las Esculturas, es otro espacio donde prácticamente no hay un centímetro de grama de color verde. Las obras reposan sobre un área seca en su totalidad, lo cual atrae a muy pocas personas.
El escenario en la plaza Montes de Oca, del sector La Alegría, es prácticamente el mismo. Las hojas de los árboles tapizan buena parte del piso, por lo que se dispone de un grupo de personas para que las recojan.
El pedestal donde estaba la estatua del segundo obispo de Valencia, monseñor Salvador Montes de Oca, sigue vacío. La fuente tiene años fuera de servicio, al punto que personas inescrupulosas se robaron los aspersores y el cableado.
La falta de riego también afectó las áreas verdes de la plaza Sucre, en el centro de la ciudad, y las de Las Tres Madres en la urbanización Camoruco. En esta última los vecinos se quejan de la falta de iluminación, pues en las noche la plaza se convierte en una cueva de lobos.
«Esto tiene tiempo así, parece que no le duele a nadie», dijo Esmeralda Cisneros.
Por su diseño, esta plaza tiene todas las características de poderse convertir en una de las más bonitas de la ciudad. En el centro tiene una enorme fuente que sería el atractivo principal, pero ya casi nadie recuerda cuándo fue la última vez que funcionó. El área se llena de agua, pero cuando llueve.
La plaza Cedeño de Santa Rosa es otra que luce abandonada porque la sequía ha acabado con todas las áreas verdes. El parque El Bolsillo, ubicado en esta misma parroquia sí está bien bonito. Sus áreas verdes se conservan porque hay varios árboles frondosos que impiden que el sol les pegue directo.
La sequía también ha hecho estragos en la plaza Bolívar de Valencia, producto de la falta de mantenimiento. Está a cargo de Induval y ya se anunció que será sometida a remodelación.
El Paseo Francisco «Paco» Cabrera, de la urbanización Prebo también está perdiendo su belleza. Las áreas verdes comienzan a deslucir por falta de agua.
La única plaza donde se puede apreciar grama verde y se nota que hay mantenimiento constante, es en la Cristóbal Mendoza de El Viñedo. Es la única además donde hay actividad comercial en horas nocturnas.
Justo allí funcionan las oficinas del Instituto Municipal de Valencia, a donde los representantes de El Carabobeño acudimos en dos oportunidades a tratar de entrevistar a su presidente, Santiago Bruzco, pero no fue posible localizarlo.