Por falta de suero, taxista muere tras mordido por una serpiente mapanare. (Foto: La Nación)

En el Hospital Central de San Cristóbal, murió el taxista Lucidio José Méndez, de 53 años, quien fue mordido por una serpiente mapanare, de las conocidas como ´cuatro narices´ (Bothrops Isabelae).

Mientras se encontraba realizando labores de limpieza en un potrero, en la zona de El Piñal, pisó al ofidio, que le inoculó una gran cantidad de veneno en el pie derecho.

La serpiente fue muerta por obreros y, junto a la víctima, trasladada al hospital de El Piñal, con el propósito de ser identificada y facilitar el tratamiento adecuado, reseñó La Nación.

Tras ser mordido por la culebra, Méndez no pudo ser sacado de inmediato de la zona por falta de gasolina para los vehículos de la finca, por lo que se debió esperar por espacio de cinco horas, cuando llegó un camión, cuyo conductor prestó su colaboración para llevarlo hasta el hospital de San Rafael de El Piñal.

Cuando Méndez ingresó a ese centro asistencia, su estado de salud ya era de cuidado, y los médicos de guardia, para contrarrestar el veneno, se vieron en la necesidad de aplicarle cinco ampollas de suero antiofídico, tras lo cual se ordenó su inmediato traslado al Hospital Central de San Cristóbal.

Familiares del fallecido manifestaron que cuando este ingresó a nuestro primer centro asistencial, a las diez de la noche del viernes, se había agravado. Los médicos consideraron su estado de salud crítico, como consecuencia de una alteración de la coagulación sanguínea, derivada de mordedura de serpiente, y ante tal situación se hacía necesaria la aplicación de otras dosis de suero antiofídico, que no había en el referido hospital.

Salieron a buscar el medicamento; recorrieron farmacias, instituciones y clínicas en San Cristóbal, sin lograr encontrarlo. La situación es del conocimiento del Cuerpo de Bomberos de San Rafael de El Piñal y de inmediato su comandante, capitán Pedro Márquez, inicia la búsqueda del medicamento, pero tampoco lo consigue, pese a que se trata de una zona de alta incidencia en cuanto a ataques ofídicos se refiere.

El capitán Márquez establece contacto con el mayor Luis Contreras, del Cuerpo de Bomberos de Instituto Nacional de Espacios Acuáticos de Maracaibo, estado Zulia, y le pasa la novedad sobre el caso. Allí encuentran el preciado suero y de inmediato el mismo mayor Contreras emprende una misión contrarreloj, trasladándose al Hospital Central de San Cristóbal. El antídoto llegó a las ocho de la mañana del sábado, demasiado tarde, pues Lucidio José Méndez no aguantó, había fallecido tres horas antes, a las cinco de la mañana.

Con información de La Nación




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