En este sitio fueron localizadas pertenencias de Enderson Rosales. Foto cortesía

Aún era de madrugada cuando Enderson se despertó. El reloj en su teléfono marcaba las 5:00 de la mañana y como de costumbre se levantó de su cama directo a la cocina: montó una ollita para hacer café y el desayuno para él y su esposa.

Mientras estaba lista la comida, se preparaba para salir a su trabajo. Si hubiese sabido lo que le esperaba, tal vez, se hubiese quedado acostado junto a su gran amor: su pequeña hija. Pero nadie sale de casa a trabajar con la idea de no volver.

Afuera de la casa de Enderson, en las Parcelas del Socorro, al sur de Valencia, se escuchó el rugir de su moto Enduro, la calentó un rato antes de salir a su jornada de trabajo en un local en el centro comercial Metro Plaza en San Diego. Se despidió de su familia y salió junto a Alejandra*, su hermana, a quien dejaría en una reconocida ferretería en la entrada al municipio. Ya eran las 6:30 de la mañana del jueves, 12 de agosto de 2021.

Después de dejar a Alejandra*, Enderson siguió por San Diego hasta Monte Mayor. En sus tiempos libres también le hacía delivery a una reconocida cadena de farmacias y esa mañana tenía un pedido que entregar. Tomó los medicamentos y continuó hacia la urbanización La Esmeralda para hacer la entrega.

A Enderson le gustaban las redes sociales, sobre todo Facebook. A menudo usaba esa red para comprar cosas. De hecho, fue por Marketplace que consiguió a un técnico que le repara su XBOX, el cual presentaba fallas. Y así fue, pero a los días la consola seguía con el desperfecto y contactó nuevamente al técnico, con quien quedó en verse otra vez.

De acuerdo con los análisis telefónicos, se cree que esa mañana Enderson, luego de hacer el delivery en La Esmeralda, llegó al semáforo de El Morro II y llamó a Pedro, el técnico, para entregarle el XBOX. En esa llamada le habrían indicado que llegara hasta el sector El Paraíso, a unas invasiones en Campo Solo, donde vivía Pedro. Desde ese momento, se perdió la pista de Enderson.

A la familia Rosales Mendoza le pareció muy extraño que Enderson no actualizara su estado de WhatsApp como lo hacía todos los días a las 9:00 de la mañana. Tampoco llegó a su trabajo en Metro Plaza ni se comunicó con nadie en todo el día.

¡Algo pasa! Pensó Ernesto*, otro hermano de Enderson.

Del otro lado, Pedro orquestaba un plan: robar a Enderson junto a “Cristopher”, uno de sus amigos azotes de esa comunidad y quien tiene varios registros policiales por diferentes delitos. La mejor forma era haciendo que Enderson llegara al territorio que dominaban, tras captarlo por Marketplace. Cuando el muchacho llegó lo hicieron pasar a una pequeña pieza que Pedro había alquilado hacía pocos meses atrás y lo sometieron entre los dos con un pedazo de tela que ataron en su cuello para estrangularlo.

Cayó la noche y Enderson no llegaba a casa. Ernesto* ya recorría varios comandos policiales, medicaturas, CDI y hospitales buscando al menor de sus hermanos. Nada. No había ninguna información de él. En algunas estaciones de policías ni lo tomaron en cuenta, pero él estaba seguro: ¡Algo pasa!

A la mañana siguiente, apenas amaneció, Ernesto* se fue a la Delegación Municipal Valencia del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para reportar a su hermano como persona extraviada, pero la respuesta, como es común en estos casos, es que deben esperar 72 horas después de la desaparición para hacer la denuncia; sin embargo, la seguridad de Ernesto* convenció a los detectives de la brigada de delitos contra las personas a recibir la denuncia y comenzar a investigar el caso.

Fueron días intensos de trabajo de campo y criminalístico. Ante la incógnita sobre la desaparición de Enderson, los detectives buscaban dar respuesta a la familia, quienes montaron una campaña en redes sociales que ayudara a descifrar ¿dónde estaba Enderson? Su foto rodaba por la internet y grupos de WhatsApp. Su cara ya era conocida, incluso, entre quienes no lo conocían.

Enderson Miguel Rosales Mendoza. Foto: Cortesía

María*, la mamá de Enderson, casi no dormía. Pasaba los días en casa pensando dónde podía estar Enderson y qué le habría pasado. Ya eran más de 10 días, quizás demasiado tiempo para una madre, sin saber de su hijo. Era bastante extraño que Enderson tuviese el teléfono apagado desde esa misma mañana del 12 de agosto, eso era un mal presagio. Sentada, recordaba lo bien que la habían pasado el domingo antes de la desaparición cuando toda la familia se reunió en casa para hacer un compartir. No podía contener las lágrimas.

Mientras tanto, los detectives continuaban las averiguaciones. A través de trabajos de campo llegaron a un canal de agua, detrás de la urbanización El Morro I, en la vía que colinda con Campo Solo, donde encontraron la maleta de una moto y documentos personales a nombre de Enderson Miguel Rosales Mendoza. Ya tenían identificados a unos sospechosos.

 

Canal en El Morro I, que colinda con Campo Solo

Ya era 20 de agosto y Enderson cumplía ocho días de haber desaparecido. En la esquina de la calle La Esperanza -una palabra que últimamente se escuchaba entre los Rosales Mendoza- en las invasiones El Paraíso, en Campo Solo, estaba reunido un trío de hombres. Ese era el lugar que frecuentaban varios sujetos para consumir drogas, contaban los vecinos.

Alrededor de las 5 de la tarde todos salieron corriendo cuando vieron llegar una patrulla del Cicpc. Los siguieron y solo alcanzaron a dos de ellos a quienes identificaron como Pedro Alí Rivero Marín, de 30 años de edad, quien portaba un revólver Smith & Wesson, .38 y Javier Jandexos Matute Díaz, de 21 años de edad, quien tenía puesto un reloj muy parecido al que llevaba Enderson el día que desapareció.

Invasiones El Paraíso, calle La Esperanza

Entre las pertenencias de Enderson que hallaron en una zona enmontada, cercana al cauce de un río, estaba un antibacterial que usaba el joven como medida para prevenir el contagio por la COVID-19 y donde hallaron las huellas de un posible tercer implicado de nombre Cristopher Jesús Heres Colina, el mismo que había logrado huir durante la incursión del Cicpc a las invasiones El Paraíso.

Cristopher Jesús Heres Colina, presunto asesino de Enderson Rosales. Foto cortesía

Un día después de la captura de dos de los principales sospechosos de la desaparición, la Policía Municipal de San Diego encontró cerca de los rieles de lo que sería el ferrocarril en el sector El Naipe de Campo Solo, la moto propiedad de Enderson. El lugar estaba a unas seis cuadras de donde vivían Pedro, Javier y Cristopher.

Entrada al sector El Naipe, donde fue localizada la moto de Enderson

Tres días más tarde, reportaron haber visto un cadáver en el río que atraviesa la avenida principal a la entrada de Campo Solo. Los funcionarios del Cicpc, Bomberos de San Diego y la Policía Municipal “peinaron” la zona fin de verificar la información, pero cayó la noche y pararon la búsqueda hasta el día siguiente.

El 24 de agosto, muy temprano, encontraron el cuerpo detrás de una empresa cerca del puente de Los Guayitos. Estaba en la orilla enredado entre la maleza. Aunque estaba en estado de descomposición, Ernesto* lo reconoció: El cadáver tenía una media y el bóxer que hacía justo un mes atrás le habían regalado a Enderson por su cumpleaños número 23.

María no sabía nada aún. ¿Cómo decirle a una madre que el menor de sus hijos fue encontrado muerto luego de 12 largos y angustiantes días?

Comisiones mixtas llegaron al lugar del hallazgo. Foto: Cortesía

La búsqueda terminó, pero la familia se seguía preguntando: ¿Por qué asesinaron a Enderson Rosales?

Los pesquisas lo resolvieron: Enderson fue víctima de un grupo de antisociales que captan a sus víctimas a través de redes sociales. Lo estrangularon y le dispararon cuatro veces. El móvil fue el robo. Posiblemente, se haya resistido. Y, aunque dos de los presuntos responsables ya están tras las rejas, no hay consuelo para la familia, menos para su hija de un añito quien aún no entiende por qué papá no llega a casa.

Con Enderson también se fue una parte de María*.

*Nombres ficticios para proteger las verdaderas identidades.




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