La cultura del trabajo occidental conspira contra el buen dormir. Admiramos a esas personas exitosas que duermen cinco horas diarias, mientras que los que cumplen con las ocho reglamentarias son vistos como holgazanes.
Somos la única especie que se priva de dormir de forma deliberada con o sin motivo.
Matthew Walker, profesor de neurociencia y psicología de la Universidad de Berkeley, en Estados Unidos y autor del libro ¿Por qué dormimos? explicó a la BBC de Londres la importancia de tener siempre una buena noche de sueño para llegar a la vejez y mantenerse sano el mayor tiempo posible.
Hay personas que duermen poco entre semana y pretenden recuperarse durante el fin de semana. Esto es una falacia dice Walker. ” El sueño perdido no se puede recuperar”
Lo que si se puede hacer, plantea el especialista, es cambiar los malos hábitos que conducen al mal dormir y evitar, tal y como lo demuestran los estudios, el deterioro degenerativo y el Alzheimer por más de diez años en comparación con las personas que no cambiaron sus hábitos.
¿Por qué cada vez dormimos menos?
Falta de conocimiento. La comunidad científica sabe lo crucial que es dormir bien, pero hasta ahora no ha sido capaz de comunicarlo de forma efectiva al público en general. La mayor parte de las personas no entiende por qué dormir es importante.
Ritmo de vida. El tiempo que demanda el horario de trabajo supera las ochos reglamentarias y entre semana queda poco espacio para la familia, amigos y ocio. Al final se pasa el día y sacrificamos horas de sueño.
Actitudes y creencias.Dormir no está bien visto por la sociedad. Si le dijeras a alguien que duermes nueve horas, probablemente pensarían que eres un holgazán. Nadie pensaría que un bebé que duerme es perezoso, porque sabemos que dormir es absolutamente esencial para su desarrollo. Pero esta noción cambia cuando llegamos a la edad adulta. No sólo abandonamos la idea de que dormir es necesario, sino que castigamos a las personas por dormir cuando lo necesitan.
La falta de luz natural.No nos gusta estar sin luz cuando oscurece. Pero la oscuridad es necesaria para liberar una hormona esencial llamada melatonina que nos ayuda a dormir bien. Desgraciadamente, uno de los efectos secundarios del progreso es que estamos constantemente bajo luz artificial. Esto empeoró con la llegada de las pantallas LED, puesto que proyectan una potente luz azul que bloquea la melatonina.