El partido de vuelta de los octavos de final se disputará en Italia. Foto EFE.

Con dos goles en el primer minuto de cada tiempo, el FC Porto sorprendió en Do Dragão (2-1) a un Juventus con pocas ideas, que consiguió salvar la noche con un tanto en la recta final del partido.

Los italianos entraron con mal pie en los octavos de final, pues un error en su zaga defensiva les permitió a los portugueses adelantarse en el marcador, mediante el iraní Mehdi Taremi.

La «Vecchia Signora», quien estuvo ausente durante gran parte del encuentro, tuvo muchos problemas ante los locales, que supieron controlar los tiempos del choque y ampliar su ventaja a la vuelta del descanso con un tanto de Marega.

Los de Pirlo sólo consiguieron encauzar un poco el rumbo de la noche al final, con un importante gol de Chiesa, el cual puede ser definitivo para pasar de fase.

Tras caer el año pasado en octavos ante el Lyon, la Juventus no quería quedarse fuera de los cuartos este año, pero un grave error en el primer minuto complicó ese objetivo. Rodrigo Betancur dio un pase atrás al portero que se quedó corto, Taremi aprovechó el fallo y se tiró para taponar el despeje, que acabó en el fondo de las redes.

El internacional iraní, que hasta ahora ni siquiera había sido titular en ‘Champions’, se ha ganado un puesto fijo a base de goles y se ha convertido en una pieza clave de los «dragones» esta temporada.

El tempranero gol dejó tocado al combinado italiano, que a pesar de que se hizo con el control del balón y la posesión, no conseguía inquietar al argentino Marchesín bajo palos. La falta de chispa quedó personificada en la ausencia de Cristiano, que no logró mayor cosa ante un Porto conservador.

El único susto a la portería blanquiazul se produjo al filo del descanso, con una chilena de Rabiot que obligó a Marchesín a estirarse para sacarla fuera, aunque el árbitro acabó invalidando la jugada.

Pese al pobre desempeño, Pirlo mantuvo el mismo once tras el descanso. Pero, se repitió el mismo guión que en la primera parte; gol de los portugueses al primer minuto. Manafá subió por la banda derecha sin oposición, llegó al área y le puso un centro a Marega, que controló el balón y batió a Szczesny. Animado con el segundo tanto, el Porto se atrevió a buscar más el ataque. De hecho, dejó otro aviso al 51 con un remate de Sérgio Oliveira, el cual sacó el arquero.

Los italianos volvieron a hacerse con el control del balón y, ya con Morata sobre el césped, volvieron a meterse en el partido en la recta final gracias a un tanto de Chiesa. En el 82, tras una carrera por la izquierda, Rabiot le puso un centro raso al italiano, que se sacó un remate mordido para reducir distancias en la pizarra.

Un gol que dio alas a los vestidos de color anaranjado, que apretaron hasta el final, aunque no consiguieron mejorar el resultado del marcador. Sérgio Conceição aprovechó los últimos minutos para rascar tiempo y hacer cambios, e incluso permitió debutar en Liga de Campeones a su hijo, Francisco.




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