El mandatario Nicolás Maduro asomó la posibilidad de poner controles sobre redes sociales como TikTok e Instagram porque considera que estas se usan para “multiplicar el odio”.
En ambas, usuarios de distintos estados de Venezuela publicaron videos, e hicieron transmisiones en vivo, en las que se mostraban situaciones en torno a las protestas ocurridas entre el 29 y 30 de julio, en rechazo a los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) que proclamaron como ganador a Nicolás Maduro, según informó Crónica Uno.
En muchos de los videos difundidos se muestran detenciones por parte de cuerpos policiales, así como la represión de los cuerpos de seguridad del Estado a las manifestaciones.
“TikTok e Instagram son elementos multiplicadores del odio, del fascismo y del intento de dividir entre los venezolanos y de crear fanáticos fascistas que ataquen a la policía, los militares y al pueblo chavista. Han sido los principales instrumentos sin ningún tipo de regulación nacional”, dijo durante el acto de Conmemoración al aniversario de la Guardia Civil Bolivariana, el 4 de agosto pasado.
En este sentido, el mandatario acusó y responsabilizó a ambas redes sociales de buscar “una matanza” en el país. A pesar de lo dicho por Maduro ¿Es posible llevarlo a cabo?
Marysabel Rodríguez, coordinadora del Observatorio de Libertad de Expresión de Espacio Público, explicó que si esta regulación ocurriera Venezuela pasaría a la lista de gobiernos no democráticos que impiden el acceso a las redes sociales.
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Regular las redes
Rodríguez aseveró que concretar la regulación de TikTok o Instagram es un desafío en términos de recursos públicos e institucionales
“El hecho de que se asome la posibilidad implicaría que los mecanismos usados para vencer los esquemas de censura vendrían siendo restringidos del todo”.
Señaló que estas aplicaciones tienen oficinas en otros países, como Estados Unidos, por lo que regularlas desde el mismo país, en este caso Venezuela, no es posible.
“El principal desafío es que esto es transnacional y no depende de un país ¿Qué terminan haciendo estos regímenes? Pues terminan bloqueando la aplicación porque esa regulación se vuelve inoperativa porque no depende de la legislación local donde la sede central está en otra jurisdicción”.
Rodríguez explicó que, aunque WhatsApp no es una red social, es un canal de difusión de información, por lo que podría estar en las intenciones de restricciones.
El lunes, 5 de agosto, Maduro desinstaló de su celular la aplicación de mensajería WhatsApp, “porque la están usando para amenazar a Venezuela”. Y agregó que poco a poco pasaría sus contactos a otras aplicaciones como Telegram o la china WeChat.
“Ya hemos visto de facto cómo se están haciendo revisiones de equipos celulares y se buscan las conversaciones de WhatsApp para ver si hay contenidos o grupos sospechosos y en función de eso, detienen a las personas”, recordó.
Enfatizó que los creadores de contenido que ayudaron a difundir información recibieron amenazas hacia sus familiares que residen en Venezuela.
A su juicio, esto significa una especie de control social y de una regulación impuesta e ilegal de control de redes sociales a través de la amenaza a quien difunde los contenidos.
Aumenta la censura
La restricción de medios tradicionales obligó a los distintos medios de comunicación a migrar a plataformas digitales.
De acuerdo con un recuento de Espacio Público, en Venezuela se cerraron 400 medios de comunicación, entre periódicos, radios, canales de televisión y plataformas digitales.
El 22 de julio pasado, días antes de las elecciones presidenciales, lo portales informativos TalCual, Runrunes y El Estímulo, así como el de la asociación civil Medianálisis, fueron bloqueados por proveedores de servicios de internet, entre ellos la estatal Cantv.
“Las redes sociales tienen un peso muy relevante a la hora de la distribución de información. Especialmente en contextos de alta conflictividad. A través de los videos la gente da cuenta de lo que está pasando y lo comparte a sus familiares o amigos”, afirmó Rodríguez.
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