Fotografía por: Armando Díaz

Se volvieron a quedar sin papel, el episodio que marcó al periodismo en Carabobo aquel 17 de marzo de 2016 se repitió este 10 de febrero, ante la ausencia del papel que la Corporación Alfredo Maneiro se ha negado a vender,relató Carolina González, jefa de Redacción de El Carabobeño, a quien le preocupa el nivel de desinformación que se genera cada vez que cierra un medio de comunicación

Casi dos años lleva el Diario del Centro sin recibir material, el último cargamento les llegó el 19 marzo de 2015, eran 72 bovinas. A partir de esa entrega no hubo más atención por parte de la corporación, aun cuando en reiteradas oportunidades se enviaron solicitudes para obtener el sustento. El llamado fue ignorado y la discriminación es tangible al observar como otros medios reciben la materia prima que ellos solicitan.

Desde el 30 de septiembre de 2016 El carabobeño emprendió el proyecto de volver a distribuir en las calles un semanario con 32 páginas que era llevado a los kioscos cada viernes. Esta labor se mantuvo durante 17 ediciones hasta este viernes, cuando las rotativas volvieron a ser apagadas por la falta de recursos.

En agosto del 2016 un kilo de papel costaba 800 bolívares , en enero llegó a 2300 bolívares, lo que hace inviable la impresión del semanario que en cada edición amerita cerca de una tonelada.

El periódico se las ingenió para poder continuar con su compromiso de informar, dice González mientras revela que se debió recurrir al mercado negro. En agosto del 2016 un kilo de papel costaba 800 bolívares. En enero llegó a 2 mil 300 bolívares, lo que hace inviable la impresión del semanario que en cada edición amerita cerca de una tonelada.

La jefa de redacción se pregunta ¿Cuál es la razón que motiva a la Corporación Maneiro a no vender papel a ElCarabobeño? Es una duda que la empresa ha intentado resolver. Intentaron preguntárselo al gobernador, Francisco Ameliach, pero nunca accedió a declarar, y tampoco aceptó la reunión que las fuerzas vivas de Carabobo le pidieron a principios de 2016 para buscar soluciones al inminente cierre del rotativo.

Los cambios previos a la desaparición del diario comenzaron con la reducción de los cuerpos de cuatro a dos y el 8 de febrero con el cambio de formato a tabloide. El suplemento infantil y la revista Parentesis desaparecieron de las ediciones, que también vieron disminuir la cantidad de páginas de 48 a 16.

 

Las soluciones que plantea el medio de comunicación van ligadas a su página web https://www.el-carabobeno.com/ y a la radio digital, las cuales reforzaron para mantener el compromiso informativo con el público fiel al diario y alejado de cualquier tipo de censura que el Gobierno pueda establecer.

Sus reportajes y las verdades que desentrañan son las razones que para la jefa de redacción motivaron las presiones gubernamentales. Afirmó que hay un ensañamiento y compara el trato dado a otras empresas de la información y percibe la discriminación y el intento por callar al medio.

Con mucha preocupación concluye que el nivel de desinformación que la sociedad comienza a transitar al cerrar una ventana informativa es preocupante, puesto que sin información no hay respuestas ante sucesos destacados y se plantea una nueva interrogante ¿Quién va a informar al pueblo cuando algo suceda? ¿Quién va a contarle a Carabobo la verdad? Además Carolina González asegura que han sido castigados por no doblegarse y cambiar su linea editorial ante los deseos del Gobierno, quien no siente simpatía por los hechos que en El Carabobeño son publicados.

 




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