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Cerrado «por prescripción», la causa penal de la maleta con casi 800 mil dólares en efectivo que el empresario venezolano Guido Antonini Wilson intentó ingresar a Argentina, tras 10 años y diez meses del caso.

Según reporta el diario argentino La Nación, el Juez Penal Económico Pablo Yadarola, quien rechazó el pedido de la fiscalía para procesar al exfuncionario Claudio Uberti en 2017 y negó su apelación; y el fiscal Pablo Turano, quien optó por no recurrir “en queja” a la Cámara.

De esta manera, se cerró la pesquisa por “prescripción”, justo al cumplirse 10 años de la indagatoria a Claudio Uberti, hombre de confianza del entonces ministro nacional Julio De Vido.

Desde esa fecha, Uberti mantuvo bajo perfil, sin volver a la función pública ni acceder a ningún trabajo formal en el sector privado. Aunque se lo vinculó a ciertas constructoras y un par de veces apareció en tareas de recaudación electoral junto a varios colaboradores de De Vido.

El otro gran protagonista, Guido Alejandro Antonini Wilson, continúa en Key Biscayne en Estados Unidos y reafirma que la maleta no era suya, como se la atribuyeron en el Aeropuerto. Insiste en que era de Uberti. “No es justo lo que ocurrió y todo lo que viví estos años”, dijo esta semana a La Nación. “Esta gente con plata logró lo que buscaba”, señaló.

En Buenos Aires, el expediente pasó por tres jueces de primera instancia -más varios subrogantes- por la Cámara en lo Penal Económico y la Casación Federal Penal, y llegó hasta la Corte Suprema, que ordenó avanzar en la investigación por contrabando, sin que eso ocurriera.

A pesar de los obstáculos, la fiscalía de María Luz Rivas Diez probó el rol clave que Uberti asumió desde que se detectó aquella maleta, la madrugada del 4 de agosto de 2007, hasta que ingresó a la quinta de Olivos para reunirse, esa madrugada, con el presidente Néstor Kirchner .

Ivas Diez y su equipo reconstruyeron también cómo se involucraron aquella madrugada múltiples referentes del Gobierno, como el entonces titular de la Dirección General de Aduanas, Ricardo Echegaray, y el máximo operativo de la Secretaría de Inteligencia (ex-SIDE), Antonio “Jaime” Stiuso, entre otros.

Pero eso no alcanzó para la Justicia argentina, que no llegó a dictar un solo procesamiento, mientras que la Justicia de Estados Unidos detuvo y enjuició a tres venezolanos y un uruguayo por actuar como agentes encubiertos de Hugo Chávez en Florida para comprar el silencio de Antonini. Tres de ellos se declararon culpables y la Corte Federal de Miami condenó al cuarto.

En Venezuela, en tanto, también se anunció la apertura de una supuesta investigación penal, sobre la que nada se supo. Por el contrario, tres de los venezolanos señalados en la Argentina y EE.UU. como protagonistas del caso progresaron en los últimos años: Franklin Durán, Diego Uzcátegui y Tareck el Aissami.

Exsocio de Antonini, Durán cumplió su condena en EE.UU. y volvió a Caracas, donde retomó sus negocios en la industria petrolera y los expandió por Venezuela, Colombia y Ecuador.

Por su parte, Uzcátegui, padre de Daniel, otro pasajero de aquel vuelo, hoy es la máxima figura dentro de la petrolera estatal venezolana, Pdvsa, por detrás del presidente “honorífico”, Alí Rodríguez Araca. Y Tareck el Aissami, por entonces viceministro del Interior -y articulador del fallido intento de encubrir lo ocurrido en Aeroparque, según surgió en múltiples escuchas reveladas en Estados Unidos-, es hoy el vicepresidente de Venezuela.

Falta de prueba

En la Argentina, en tanto, el juez Yadarola concluyó que la fiscalía no acumuló evidencias suficientes para avanzar contra Uberti, y planteó que las pruebas pendientes acaso estuvieran en Venezuela, que jamás respondió los exhortos, como sí lo hicieron Uruguay y EE.UU.

Yadarola expresó que ni siquiera quedó claro si Uberti delinquió: “Si bien por los momentos nos encontramos ante un hecho aparentemente ilícito, los pormenores en que aquel se habría llevado adelante y la dilucidación de sus intervinientes, a pesar del tiempo transcurrido desde la fecha de su presunta comisión, se encuentran en plena etapa de investigación, a la espera de la recolección de mayores probanzas para su total esclarecimiento”.

La fiscal que impulsó la investigación hasta su jubilación, María Luz Rivas Diez, difiere del juez. “Luchamos contra todo el poder político que protegió a Uberti porque temían que abriera la boca. Fue luchar contra molinos de viento”, dijo esta semana a La Nación. “Aun así, es increíble que la causa no haya llegado a una condena y ni lográramos que lo procesaran a Uberti, y es una vergüenza que ya pisando este gobierno no se haya podido avanzar sobre él”, afirmó.

¿De dónde salió aquel dinero? ¿Para qué lo transportaron por avión? Según las evidencias recolectadas en la Argentina y Estados Unidos, provino de Pdvsa y era parte de la “diplomacia paralela” tejida entre el chavismo y el kirchnerismo, que en ese momento avanzaba hacia la elección presidencial de Cristina Fernández.

¿Quién transportó esa maleta hasta el aeropuerto de Caracas? Según reconstruyó La Nación y surgió luego en el juicio en Estados Unidos, el entonces jefe de seguridad de Pdvsa, Rafael Reiter Muñoz. En octubre pasado fue detenido en España, por otro caso, y extraditado a Texas, hace unas semanas. Allí lo juzgarán por presuntos sobornos y lavado.

Con información de La Nación




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