El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, dijo que la puesta en marcha de políticas migratorias por un país debe estar acompañada por el respeto a los derechos humanos de las personas que serán deportadas.
"Cada país es soberano para tomar las decisiones que correspondan para garantizar las condiciones de bienestar de sus ciudadanos, pero esa obligación del Estado y autonomía no deben significar ni arbitrariedad, ni ruptura de la ley internacional ni maltrato a las personas que puedan ser afectadas por esas decisiones", afirmó Solís en una entrevista con Efe.
Solís, que visita Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU, defendió a los inmigrantes que fueron traídos a Estados Unidos cuando eran niños, conocidos popularmente como "soñadores", para quienes también reclamó respeto a sus derechos.
"Habiendo vivido aquí 20 años o más son tan estadounidenses como del país de origen", indicó, tras preguntársele sobre las políticas migratorias de la nueva administración estadounidense, encabezada por el presidente Donald Trump.
Manifestó su deseo de que el Congreso de EE.UU. y la Casa Blanca logren un acuerdo en beneficio de los 800 mil jóvenes "soñadores" que se calcula están acogidos a la iniciativa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Ese programa, impulsado por el predecesor de Trump, Barack Obama, les ha permitido estudiar, trabajar y viajar en este país legalmente, pero Trump anunció que la iniciativa dejará de funcionar en seis meses.
Por otra parte, Solís reiteró que Costa Rica "condena" las expresiones racistas que han ocurrido en Estados Unidos en contra de latinoamericanos o miembros de otras comunidades étnicas que por su forma de vestir, de pensar o de su religión han sido agredidas.
"En una democracia como la de EE.UU. no debe haber espacio para esas manifestaciones raciales", dijo, y afirmó que el mejor homenaje al espíritu fundacional de Estados Unidos, "construido por emigrantes", es el respeto a la diversidad y a las minorías.
En la entrevista con Efe, Solís respaldó el diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolana que ha propiciado la República Dominicana en un intento por poner fin a la crisis que vive ese país suramericano.
"El conflicto venezolano -afirmó- sólo se puede resolver por vía pacífica, y una intervención militar de cualquiera de las partes puede llevar a un caos y una matanza que ese país no necesita".
Solís dijo que se trata de una situación "delicada". "Si no se tiene cuidado puede terminar malogrando todo lo que se ha alcanzado y, más que nada, cerrar una de las puertas que está abierta para que en Venezuela no tengamos que lamentar el uso de la violencia desaforada en el conflicto", indicó.
Solís, que finaliza su mandato el próximo mayo, reiteró su posición de que perseguir vías de diálogo para resolver el conflicto generado por las amenazas nucleares de Corea del Norte.
"El mayor fracaso del mundo frente a Corea (del Norte) sería una acción militar que pueda provenir de la misma Corea que tome la iniciativa o una medida desde los países que se sienten amenazados. La única alternativa es la negociación", sostuvo.
"A nadie le sirve una Corea del Norte irresponsable en el uso de sus potestades nucleares y mucho menos una guerra nuclear en la península, que además de los efectos humanos que tendría pondría al mundo en una situación de mucho peligro", afirmó.
También indicó que en este como en cualquier otro conflicto favorece "un lenguaje diferente" al que usó el presidente Trump, que alertó con "destruir totalmente" a Corea del Norte si el régimen de Pyongyang continúa amenazando a EE.UU. y sus aliados.
"Hay que darle siempre una oportunidad a la paz antes de llegar hasta las últimas consecuencias. En una situación como la que existe en Corea, hay que buscar alternativas que sean menos radicales", opinó.