El 6 de noviembre fueron presentados en los tribunales de Caracas los nueve detenidos por la operación “Nido de Buitres”, en donde se dio captura a Luis Felipe Ortega Bernal alias “garganta” junto a otros presuntos guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN).
Durante la audiencia de presentación, se dictó medida privativa de libertad y se fijó como sitio de reclusión la cárcel militar de Ramo Verde, ubicada en Los Teques.
A los implicados se les imputan cargos de porte ilícito de arma de guerra, subversión, ultraje al centinela y contra la seguridad de la Fuerza Armada, según reseñó la periodista Sebastiana Barráez.
Ortega Bernal, quien era comandante del ELN asentado en el territorio nacional y poseía documentos venezolanos como cédula y carnet de la patria, fue capturado junto a sus dos escoltas en una posada del sector Ojo del Águila, en el estado Amazonas, después de su presunta participación en la emboscada donde el grupo insurgente colombiano atacó un grupo de funcionarios de la Guardia Nacional, y en el que murieron los efectivos Alfredo Zolano Guevara, Robert José Artahona Díaz y José Martínez Bolívar.
Durante la tarde del martes, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, se refirió nuevamente ante el hecho señalando hará frente a los grupos irregulares que operan en la frontera colombiana “sean guerrilleros, paramilitares o narcotraficantes, los vamos a echar de esta patria”.
“Ante la falta de respuesta del gobierno de Colombia y su canciller, nosotros vamos a hacer lo que tenemos que hacer militarmente y no renunciamos a la ofensiva, a nuestro poder ofensivo, para hacer respetar nuestra soberanía sagrada”, señaló Padrino López, quien acotó que ya giró instrucciones a sus generales sobre las maniobras de patrullaje en los estados limítrofes del país.
El Pitazo