Foto EFE

El rey Felipe VI de España y el presidente del ejecutivo catalán, el independentista Quim Torra, se encontraron por primera vez este viernes en un acto oficial marcado por la tensión entre ambas instituciones y las protestas separatistas contra el monarca.

Ambos mandatarios, así como el nuevo jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, asistieron a la ceremonia inaugural de los Juegos del Mediterráneo que se celebrarán hasta el 1 de julio en la ciudad catalana de Tarragona, 100 km al suroeste de Barcelona.

Antes de la ceremonia se estrecharon la mano y Torra le entregó un libro sobre el referéndum ilegal del 1 de octubre y un informe sobre la violencia policial de ese día contra los votantes, señaló una fuente del gobierno regional.

Horas antes, el líder independentista, que había amenazado con plantar al monarca, anunció que su gobierno no invitará más al rey a eventos oficiales ni acudirá a los convocados por él, acusándolo de «avalar y animar la represión» contra el independentismo.

Los separatistas le reprochan a Felipe VI su discurso del 3 de octubre, cuando acusó de «deslealtad» a los dirigentes independentistas y no tuvo ninguna palabra para los heridos por la policía durante el referéndum.

También pidió «asegurar el orden constitucional» al gobierno español, que acabaría interviniendo la región tras la fallida declaración de independencia del 27 de octubre.

Unos 300 independentistas protestaron frente al recinto deportivo, gritando «fuera la corona española» y mostrando pancartas de «Cataluña no tiene rey», mientras otra cincuentena de unionistas mostraban sus banderas de España para dar la bienvenida a Felipe VI.

«Esto es la República Catalana. España no me representa y mucho menos su Rey», aseguraba a la AFP Pere Català, un operador de una fábrica petroquímica de 33 años.

«El rey se limitó a hacer su papel, proteger la unidad del país y representar a España», dijo por su lado Alfonso Lozano, trabajador también del sector petroquímico entre los manifestantes unionistas.

La inauguración de esta especie de Juegos Olímpicos regionales también permitió el primer encuentro entre el nuevo jefe de gobierno Pedro Sánchez y Torra, que tienen programada una reunión en Madrid el 9 de julio.

La portavoz del ejecutivo central, Isabel Celaá, llamó a iniciar «la cura» en las relaciones entre Barcelona y Madrid aunque advirtió que la ruptura de relaciones entre Torra y la Casa Real es «un problema».

Desde el intento de secesión, Felipe VI sólo había visitado Cataluña en febrero para la inauguración del Congreso Mundial del Móvil en Barcelona, donde también fue recibido entre protestas.

La próxima semana, el monarca tiene previsto volver a esta región nororiental para una entrega de premios a jóvenes empresarios en Gerona, uno de los principales feudos independentistas.




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