La indignación es evidente. Los profesores de la Universidad de Carabobo (UC) se sienten engañados por Tibisay Lucena, ministra de Educación Universitaria, quien no cumplió con el acuerdo de revisión de tablas salariales del sector cada tres meses.
Con el anterior titular de ese gabinete, César Trompiz, ya se habían establecido comisiones para realizar esa evaluación con aumento de sueldo desde el 1 de noviembre. Pero Lucena lo pospuso.
No fue hasta la semana pasada que los afectados se enteraron. “La ministra, conjuntamente con la representación írrita y desvergonzada del sindicato oficialista que niega los derechos de los trabajadores, suspendió el resultado de las comisiones para el mes de enero o febrero”, aseguró el vicepresidente de la Asociación de Profesores de la Universidad de Carabobo (APUC).
Ahora ellos sufren un deterioro en los ajustes salariales que les correspondía por convención colectiva. “Es una enorme discriminación, un engaño por parte de la ministra porque ya este beneficio fue acordado para otros sectores como los maestros y profesores de primaria y secundaria”.
Deserción de más de 50 % de profesores
Producto de la precariedad laboral y pulverización de los salarios, los profesores de la UC se dedican a otras actividades para resolver sus problemas económicos, pero la mayoría simplemente ha ingresado a la lista de deserción.
“Algunos renuncian, otros simplemente dejan de ir y ya son más de la mitad los que se han ido para buscar ese sustento que no le ofrece la universidad, aunque tienen una enorme vocación”.
Quienes aún siguen en la institución lo hacen para sostenerla con sacrificio, haciendo labores de limpieza y recuperación de algunos espacios, y sin dejar vacías las aulas en pro de la formación de los ciudadanos.
“Esta casa de estudios con sus enormes contribuciones a Carabobo, Aragua y Cojedes se está perdiendo y la sociedad no se da cuenta de la necesidad de la universidad y su contribución para el desarrollo nacional”.
Navidad con sabor de empobrecimiento
Sin duda, ya nada es igual. En estas fechas los profesores de la UC hacían planes para celebrar la Navidad con su familia, pero ahora lo que hay es un “ambiente de empobrecimiento”, como consecuencia del incumplimiento del Estado de convenios internacionales de la Unesco que establecen el carácter prioritario de la educación superior en un país que aspira progreso, bienestar y desarrollo.
Un profesor universitario tiene preparaciones académicas de alto nivel, para ser instructor en la UC debe tener una titulación académica muy calificada y su sueldo es de apenas siete dólares que no causan ningún atractivo para la generación de relevo.
Los profesores titulares con más de 20 años de carrera universitaria, con ascensos a diferentes escalafones, títulos de doctores, con investigaciones y libros publicados, en el mejor de los casos tiene un salario de entre 30 y 40 dólares si se suman las bonificaciones del Estado pero que no reportan utilidad para las prestaciones sociales.
“Por todo esto es que muchos, lejos de planificar hacer al menos 20 hallacas, piensan en comprar solo las que se comerán el 24 de diciembre… Esto es vergonzoso y consecuencia del modelo del socialismo revolucionario”.
A esto se suman las deficiencias con el sistema de seguridad social que los mantiene desprotegidos hasta en materia de salud. En este sentido presentarán, el próximo 15 de diciembre, la dramática situación de seguridad social de los profesores en Venezuela durante un foro nacional de universidades.