Cada vez que suena el teléfono todos se alarman en La Pérgola. Ese lugar sombrío y cargado de la contradicción que es alimentada por la esperanza y la angustia que significa tener a un ser querido en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Ciudad Hospitalaria dr. Enrique Tejera (CHET) de Valencia, donde recientemente han proliferado las bacterias como consecuencia de las fallas presentadas en el sistema de aire acondicionado del lugar.
Ese repique que sale de uno de los que fue un teléfono público suele ser el llamado de una mala noticia desde el interior de la UCI. Ninguno quiere que sea para comunicar algo de su familiar. Mucho menos en estos momentos en los que las informaciones tienen que ver con un retroceso en el estado de salud de algún paciente.
Ahí, en La Pérgola, un espacio techado y separado con pequeñas paredes para que descansen y pernocten quienes tienen a alguien en estado crítico en la CHET, lloran y se acompañan para enfrentar el drama de cada llamada.
Actualmente hay cinco pacientes en la UCI, “todos están delicados, aunque ya la mayoría se estaba recuperando, pero con el problema del aire acondicionado hay muchas bacterias”, relató uno de los familiares.
Ellos aseguran que no es casual que alguien con buen ánimo tras superar varias condiciones médicas, tuvo que ser intubado porque se agravó, ni que a otra persona le detectaran gusanos en su traqueotomía en un ambiente que debería cumplir con las máximas exigencias de higiene, pero donde abundan las moscas.
“El aire medio enfría un día y después pasa más de una semana echando solo aire caliente, el calor ahí adentro es muy fuerte y es inexplicable que tengan a los pacientes corriendo riesgo, agarrando bacterias y hasta gusanos por falta de condiciones y del aseo necesario en la UCI”, dijo muy consternado otro familiar.
El costo de estar en la UCI de la CHET
La rutina diaria en La Pérgola inicia con la preparación de todo lo que se debe entregar en UCI cada mañana. Sábanas limpias, inyectadoras, gasas, guantes, soluciones, centros de cama, pañales, tubos de ensayos y una larga lista de medicamentos.
Para los familiares de los pacientes es exagerada la cantidad de insumos que piden, “a veces son hasta ocho soluciones sin dextrosa que cuestan entre tres y seis dólares cada una… Piden en un día más de cinco pares de guantes estériles que los venden a cuatro bolívares cada uno individuales y 25 dólares una caja de 50 pares”.
Lo peor es que varios de ellos han sido testigos de que en almacén de Insalud, ubicado en CHET, hay parte de lo que les piden, “pero son malos y el personal de administración nos responden de mala manera cada vez que preguntamos algo”.
A todo eso hay que sumarle lo correspondiente a los análisis, “aquí solo hacen hematología, glicemia y orina”, pero otros estudios como el de gases arteriales que se indican una vez al día, cuestan 20 dólares que no todos tienen a diario.
En promedio, un día en el que no pidan muchas cosas, un familiar en la UCI gasta 80 dólares. “Y es que hasta hay que entregar dos planillas diarias que cuestan un bolívar cada una, eso no es mucho pero, aunque parezca increíble, hay gente que no los puede pagar”.
Hay tratamientos costosos. Los antibióticos para combatir las bacterias que han contraído los pacientes en UCI pueden costar hasta 100 dólares cada dosis de las que se requieren 14, mientras que hay otros que necesitan más de 30 dosis de un medicamento que cuesta alrededor de 33 dólares. “Aquí hasta alguien con mucho dinero se queda sin nada, esto sobrepasa el límite de cualquiera”.
Es entre ellos mismos en La Pérgola que se apoyan. Se comparten la comida que le llevan a alguno de ellos, si un paciente necesita un medicamento y el familiar de otro lo tiene se lo dona, y se dan ánimo cada vez que suena el teléfono porque saben que, lo más probable, es que se trate de una mala noticia proveniente de la UCI de la CHET.