Los militantes del movimiento ambientalista de desobediencia civil Extinction Rebellion (XR) iniciaron el pasado lunes una movilización de dos semanas en todo el mundo, con acciones desde Sídney a Nueva York, pasando por Londres, París y también en Buenos Aires, para protestar contra la inacción frente al cambio climático.

Nacido a finales de 2018 en Reino Unido por iniciativa de un grupo de activistas y académicos que propugnan la desobediencia civil no violenta, este movimiento reivindica hoy 500 grupos en 72 países y cuenta con el respaldo de Greta Thunberg, la adolescente sueca que inspiró las protestas de escolares en defensa del medioambiente, reseñó AFP.
Los manifestantes piden que se declare la «emergencia climática» y los gobiernos fijen para 2025 la neutralidad en las emisiones de gases con efecto invernadero. Su principal forma de protesta consiste en bloquear el tránsito o el acceso a edificios, encadenándose, pegándose a las puertas o mediante sentadas.
En Nueva York, unos 200 manifestantes se congregaron en el Battery Park para realizar una «procesión fúnebre» hacia Wall Street, donde arrojaron sangre falsa sobre la icónica estatua del toro.
«Precisamos imágenes como esta para conseguir atención de la gente», dijo James Comiskey, de 29 años, mientras participaba de la marcha cargando un ataúd hecho de cartón. Allí decenas de manifestantes fueron arrestados.
En Buenos Aires, medio centenar de activistas del movimiento protestaron pacíficamente. Los manifestantes subieron a la Torre de los Ingleses, en el exclusivo sector de Retiro, y allí colgaron su bandera.
Luego, disfrazados de fumigadores, ingresaron a las instalaciones de la empresa Bayer Monsanto y denunciaron los efectos nocivos del uso del glifosato, exhibiendo fotos de las personas afectadas. En Canadá, varias decenas de personas bloquearon autopistas en Toronto, Halifax y Edmonton.
Arrestos en Europa 
Un total de 276 personas fueron arrestadas en Londres, donde los manifestantes cortaron numerosas calles y protestaron en varios puntos en torno al Parlamento y la sede del gobierno en un ambiente festivo.
Bailando al ritmo de tambores, cientos de activistas, muchos con niños pequeños, se congregaron cerca de Downing Street con pancartas que decían «El futuro pertenece a la próxima generación».
«Hay mucha más policía y claramente van a intentar impedir que Extinction Rebellion ocupe el lugar durante días», dijo Mike Buick, fabricante de muebles de 40 años, comparando esta acción con las realizadas en abril, cuando XR mantuvo la capital británica colapsada durante 11 días de protestas que dieron lugar a más de 1.100 arrestos.
París se sumó a la protesta global bloqueando un puente y una plataforma sobre el Sena.»Nuestros gobiernos no hacen nada, o mienten», dijo una joven de 27 años que participaba de la movilización y se identificó como Aurora.
«Medidas de presión»
En Madrid, unos 200 jóvenes disfrazados y maquillados para representar catástrofes naturales como la «desertificación», «las inundaciones» o «los incendios», se congregaron frente al Ministerio para la Transición Ecológica, donde instalaron carpas con la intención de acampar.
Ha llegado el momento de realizar «medidas de presión mucho más contundentes, solo una revolución global, masiva, y con la desobediencia civil no violenta puede generar los cambios necesarios para nuestra supervivencia», afirmó Mabel Moreno.
Más de 90 manifestantes fueron detenidos en Ámsterdamm y en Viena la policía arrestó a unas 75 personas por bloquear una de las principales arterias del centro de la ciudad.
Cientos de manifestantes se congregaron en la «gran estrella» de Berlín, una de las principales rotondas de la ciudad, equipados con mantas y sacos. Y en el parque, entre el parlamento alemán y la sede del gobierno, se instaló un «campamento climático» que durante la semana organizará grupos de trabajo y reuniones.
En Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, medio centenar de personas marchó por el centro con una gran pancarta amarilla que decía «Emergencia climática ecológica», y los manifestantes se acostaron en el suelo simulando estar muertos.
Marcando el inicio de la «Rebelión Internacional», en Australia los activistas se congregaron en las escalinatas del Parlamento en Melbourne y en Wellington varios militantes se encadenaron a un coche rosa, lo que provocó perturbaciones en el centro.



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