Foto: Armando Díaz.

El puente Maco Maco, en el sector del mismo nombre, en el municipio San Diego cedió bajo la fuerza del agua. Las últimas lluvias hicieron estragos y los más afectados son los habitantes de la zona, quienes acusan a mineros que trabajan en la zona del desvío del cauce del río.

Jhoan Molletones iba en su Jeep blanco del 98 a las 4:00 a.m., estaba oscuro. El sonido del río era estruendoso. De repente cuando pasaba por encima de la estructura sintió un ruido extraño y un fuerte golpe. El puente se había desplomado y el carro estaba atascado entre las vigas y piedras que alguna vez formaron parte de la estructura.

Jhoan Molletones afectado por caída del puente Maco Maco. Foto: Armando Díaz.

Por la oscuridad no lograba divisar bien el panorama. Horas después llegaron rescatistas y miembros de la Alcaldía de San Diego a socorrer al hombre y al vehículo, que se veía en mal estado: Vidrios rotos, retrovisores partidos y unos cauchos y carrocería llenos de fango y grama. «Tengo pérdida total», decía el humilde hombre.

Jeep de Molletones. Foto: Armando Díaz.

La zona está rodeada de barro y huellas de ruedas. Los pobladores bajan por los restos del puente. Saltan rocas y escalan el risco como pueden. Unos trabajadores del Ministerio de Transporte y Obras Públicas evalúan el estado del sitio y hacen mediciones. Cuando se les piden declaraciones ellos dicen en voz baja que no están autorizados para hablar, porque eso es competencia de la alcaldía.

Trabajador del ministerio mide la distancia entre una punta del puente y la otra. Foto: Armando Díaz.

Mientras los trabajadores del ministerio se montan en unas camionetas y se alejan del accidente, Molletones explica que la falla con el puente tenía un buen tiempo y que todo empeoró cuando los mineros desviaron el curso del río, que con las fuertes lluvias creció y destruyó las bases de la obra.

Foto: Armando Díaz

Afortunadamente Molletones está bien. Sin embargo, otros pobladores de la zona, como José Luis Paredes, responsabilizan a los mineros, no sólo por lo que hicieron con el cauce río, si no por la cantidad de camiones y gandolas que pasan día y noche por la vía, lo que acrecentó el deterioro y terminó por derrumbar la edificación. Son cerca de 300 vehículos de carga que a diario pasan por ahí, llenos de piedras y arenas sacadas de la mina que hay en las montañas sandieganas.

Ahora esta comunidad se siente incomunicada y espera una pronta solución. No es la primera vez que sectores aledaños al Maco Maco sufren este tipo de accidentes. Meses atrás ocurrió algo parecido con el puente de Las Josefinas, el cual cedió al parecer por malas obras y trabajos incompletos.

Foto: Armando Díaz




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