La Innovación Social (IS), de auge en nuestro tiempo, no es una moda más ni tampoco una entelequia; sin embargo, su reconocimiento formal en el ámbito académico es realmente reciente, como lo es también su incorporación como enfoque utilizado en instituciones y políticas públicas (sobre todo en Latinoamérica).

Pero la IS, al igual que otros modos de orientar y coordinar acciones que propicien transformaciones a nivel social, es hija de los movimientos sociales, de la emergencia de diversas formas de participación y de los agenciamientos de diversos actores sociales en distintos lugares del mundo a partir de la década de 1950.

La IS son las nuevas ideas (productos, servicios y modelos) que cumplen simultáneamente las necesidades sociales (de manera más eficaz que otras opciones) y crean nuevas relaciones sociales o colaboraciones.

Las innovaciones sociales provienen de individuos, grupos u organizaciones, y pueden tener lugar en sectores con 1- Fines de lucro, 2- Sin fines de lucro y 3- Públicos. Cada vez más, se están produciendo los espacios de encuentro entre estos tres sectores y la unión de perspectivas y objetivos provocan nuevas formas de pensar.

La IS es a menudo un esfuerzo de creatividad que implica la fluidez y la flexibilidad de varias disciplinas. El acto de la IS en un sector que está conectado en su mayoría con diversas disciplinas dentro de la sociedad. La teoría de la IS habla de «conectar las diferencias» y  hace hincapié en las dimensiones clave de dicha estrategia. Las cuales son: la diversidad, la interdependencia y la plena participación de los miembros del grupo, la generación de ideas y la selección, y un clima propicio a la innovación.

Las innovaciones suelen ser nuevas combinaciones o híbridos de los elementos existentes, en lugar de cosas totalmente nuevas.

Su práctica consiste en eliminar o disminuir las fronteras organizativas o disciplinarias. Crean nuevas relaciones de peso entre las personas y grupos que antes estaban separados.

En Ruta Siete de la Universidad de las Palmas, Gran Canarias (ULPGC) como programa de innovación social se persigue lanzar nuevas ideas de cambio, desde “dentro del sistema”, que sean capaces, a la vez, tanto de satisfacer necesidades sociales de forma eficiente, como de crear nuevas relaciones sociales o colaboraciones en el tejido productivo y social.

Por su parte, la Comisión Europea, enmarcada en su Estrategia Europa 2020, lanzó en el año 2010 la iniciativa emblemática “Unión por la Innovación”, en la que la “Apuesta por la IS” se menciona como elemento clave. Dicha iniciativa define el  concepto de IS de la siguiente manera: “La Innovación Social consiste en encontrar nuevas formas de satisfacer las necesidades  sociales, que no están adecuadamente cubiertas por el mercado o el sector público… o en  producir los cambios de comportamiento necesarios para resolver los grandes retos de la sociedad… capacitando a la ciudadanía y generando nuevas relaciones sociales y nuevos modelos de colaboración. Son, por tanto, al mismo tiempo innovadoras en sí mismas y útiles para capacitar a la sociedad a innovar…”.

También en Euskadi (es el neologismo creado por Sabino Arana para referirse a la patria vasca), la IS es un ámbito en auge y adquiere una vital importancia en un entorno como el del País Vasco, en el que existe un Sistema Vasco de Innovación que asume que son las personas quienes innovan, por lo que deben situarse en el centro y motor del modelo.

Este sistema persigue: a) desarrollar una cultura de la innovación; b) fomentar el cambio hacia una cultura de la innovación que potencie valores como la creatividad, la asunción de riesgos, la curiosidad, el espíritu emprendedor, la aceptación del fracaso, etc. y c) generar un compromiso del conjunto de la ciencia y la innovación.

Capacitar a las personas en nuevos conocimientos y habilidades. De este modo, los procesos involucrados en la innovación social dan como resultado aprendizajes, compromisos y transformaciones que impactan fuertemente a nivel local y deben construirse sobre la participación de los agentes locales, el empoderamiento y el compromiso ciudadano.

Desde esta perspectiva, en  Deusto (es el Distrito número 1 correspondiente a las divisiones administrativas de Bilbao, España)  IS persiguen el objetivo de aportar soluciones de ámbito local e internacional a los cambios y retos de la sociedad, para contribuir a su mejora y transformación hacia un desarrollo justo y equilibrado, se trata el concepto de IS, resaltando el elemento de interacción entre todos los sistemas integrados en la misma y las dificultades implícitas en el cambio social.

La IS, no es por tanto innovación en las políticas sociales y en los ámbitos de exclusión, o al menos no lo es únicamente. Tampoco se limita la Innovación Social en Latinoamérica al emprendimiento social y a la empresa social, aunque son aproximaciones cercanas y muy válidas para desarrollar este tipo de innovación. El concepto “social” hace referencia, ante todo, a los retos que se tiene como sociedad y que ya no pueden ser únicamente abordados sólo por los gobiernos o por algún otro agente en solitario, dado que por su complejidad necesitan de la colaboración y la cooperación de agentes muy diversos.

El proyecto  Experiencias en Innovación Social en América Latina y el Caribe, fue desarrollado por la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) con el apoyo de la Fundación W.K. Kellogg, de 2004 a 2010.

Tuvo como objetivo identificar, analizar, difundir ampliamente y promover la réplica creativa de iniciativas novedosas de desarrollo social que aporten en el avance de las Metas de Desarrollo del Milenio. Incluyó las áreas de salud comunitaria, educación básica, juventud, seguridad alimentaria y nutrición, generación de ingresos, desarrollo rural, responsabilidad social y voluntariado. La perspectiva de género y la sostenibilidad ambiental fueron consideradas como elementos transversales de central importancia.

La identificación se logró a través de un concurso que se divulgó en toda la región, llegando incluso a zonas muy apartadas.  En el concurso podían participar gobiernos (regionales, departamentales, provinciales, municipales, locales), asociaciones comunitarias, comunidades religiosas, organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales y empresas privadas en el área de responsabilidad social, que trabajan en alguno de los países de América Latina y el Caribe miembros de la CEPAL.

En el actual contexto caótico y de crisis en Venezuela es necesario, tanto en la administración pública como en la  privada,  enmarcar la formulación y ejecución de estrategias que guarden relación con el enfoque de Innovación Social en todas sus dimensiones, fortaleciendo el desarrollo endógeno del País y, solventando las actuales dificultades nacionales.

 




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